No otra vez

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Desperté con roces tiernos de tus dedos en mis hombros y los suaves besos que depositaste en mi cuello subiendo hasta mi mejilla.
Me sentía en un sueño... por un momento creí que al darme la vuelta vería a alguien más, sentí una gran sorpresa al darme cuenta que se trataba de ti. Por un segundo me perdí en tus ojos anonadada, preguntándome como había llegado hasta aquí, de nuevo.
Sin importarme nada tome por almohada tu pecho y tus brazos me cobijaron, mientras tus suaves caricias enternecian mi corazón. Con un dulce beso hiciste que el silencio se transformara en suspiros haciendo que me perdiera en tus labios y el suave aroma de tu piel me embriagaba una vez más haciendo que mis sentidos explotaran...

Y acabó, desperté. De nuevo sola en mi habitación. Ya era medio día y en mi cama solo quedaba el recuerdo de lo que creí sentir a tu lado, decidí levantarme, aún con resaca y seguí con mi día con un pequeño vacío como siempre que te sueño... como siempre que te extraño.

Reflexiones por Dasha GrotvickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora