Capítulo 4

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Cierro la puerta detrás de mí cuidando que no haga más ruido, sé perfectamente que eso a él le molestaría y la verdad no estoy segura que pueda soportar otra golpiza en un mismo día.

Me dejó caer sentada aun con la espalda apoyada en la puerta, encogo las rodillas hasta mi adolorido pecho, un ardor se desprende de mi cuerpo, me alzó delicadamente el vestido que era blanco pero que ahora tiene un color café, negro y entre amarillento, notó una marca en el ombligo que supongo proviene de las botas de ese hombre, alzó un poco más y sangre fluye de mis senos. No puedo controlar las lágrimas y me doy cuenta que me ha desprendido un pezón por la brutalidad de sus violaciones. El llanto se convierte en lamentos combinados con un horrible sufrimiento por las deformaciones que tiene mi cuerpo.

Veo hacia la ventana que es lo único que me mantiene conectada con lo de afuera, por un momento mis dolores y desgracias desaparecen dejando lugar al amor y el agradecimiento hacia todos los que me quisieron realmente.

Mi familia. El dolor que les cause al decidir venir con este hombre, yo misma firme mi crudo futuro con este monstruo, mis padres me lo advirtieron y yo jamas los escuche. Tantas veces que mamá me llamó ingenua tratando de que me de cuenta de cómo son las cosas en realidad.

Y es que no los escuche. Preferí mil veces tratar de escapar, de según yo buscar una libertad, pero a lo único que me llevo es a una vida mucho más destructible.

Yo soñaba con una vida plena, una vida con todo: Felicidad, libertad, amor, comprensión y sin sufrimiento.

Mis mismos deseos me acercaron a lo que tanto le temía, a la misma violencia. A un fuerte maltrato que me deja insensible y con ganas de arrancarme la vida en esos momentos angustiosos.

Qué paso?

Yo lo amaba.

Qué sucedió?

Yo le creí.

Mi perdición?

Es no intentar huir.

ULTRAVIOLENCE Libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora