Capítulo 11

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Ahora ya no deseo que avance el tiempo, quiero que retroceda para no cometer esta atrocidad mortal.

Si me preguntan cuál seria el peor error, sin duda contestaría: visualizar a un príncipe donde sólo existe una bestia.

Sé que puedo escapar cuando quisiese pero, aunque paresca estúpido tengo la esperanza de que su actitud cambie, y que a pesar de todo me traté como alguna vez me prometió. Una sonrisa sarcástica se posa en mi rostro y aunque intenté evitarlo me río de mis pensamientos torpes; eso jamás pasará, él nunca va a cambiar.

La noche cae y los insultos llegan junto con la plateada luna;

El día resplandece y los golpes se vuelven más sobrenaturales junto con cada nube que se mueve en el cielo gris.

Lluvia y gotas escarchadas entran por la ventana de mi refugio; ya nada existe y ya nada tiene valor. Mis lágrimas mojan mis heridas y mis labios besan un espejo roto como mi alma. Pedazos perdidos que no se pueden encontrar y no se pueden unir.

Que se mueran todos los que se creen inmortales como ese ser insensible, que revivan los desaparecidos y me lleven a un lugar que es inexistente. Donde los látigos sean solo un espejismo, donde los golpes sean solo agua amortiguando en la piel, donde los cortes sean pétalos de rosas en el cuerpo, donde los insultos se conviertan en hermosos poemas, donde el sufrimiento sea solo una experiencia y no una forma de vida.

ULTRAVIOLENCE Libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora