Seis años después

229 11 1
                                    

-Necesito los papeles de la junta por favor.

-Estarán mañana señor Vergil.

-Gracias.-la castaña salió de mi oficina y mi celular empezó a sonar, ví en el la foto del pesado de Dante. Suspiré con cansancio y sin muchas ganas contesté.-Dime algo inteligente sino te corto.

-Mi corazón se prende cada vez que escucha tu voz.

-Chau.-

-¡Espera!.-escuche su grito desesperado e inconscientemente me sonreí, últimamente me gusta molestarlo.-Te llamo porque estoy abajo, tu mujer me mando. Me dijo que tuvo que ir a buscar a Noir a su colegio.

-¿Otra pelea más?.-del otro lado su risa fue escandalosa.

-Ese niño es un fiel reflejo de tu temperamento.

-No lo niego.-se me escapó una risita recordando a mi hijo más pequeño. Ese pequeño es todo un terremoto, en cierta forma su carácter es muy fuerte y no le importa mucho andar peleando. Cómo siempre a la única que le hace caso es a su tía, no entiendo el encanto que Isabel tiene sobre los niños pero gracias a ella podemos controlar al niño.

-Baja de una vez, me estoy congelando el trasero aquí y tengo hambre.

-Ya voy.-corte con la llamada, agarré mi abrigo y salí de mi oficina tranquilamente. Me despedí de Madison mi asistente y sin muchas ganas de aguantar a Dante me encamine al ascensor.

Al llegar al relleno, no pasa ni un alma y esto lo agradecía, en esta agencia de publicidad la gente abunda, no es bueno para mí humor.

Soy el jefe de administración de la agencia Gold. Obviamente mi Kathy és la jefa de la empresa pero hoy le tocaba a ella irse en algunas reuniones. Por lo que veo tuvo problemas con el chiquitín y no quiere sacarle los ojos de encima.

Salí a la negra noche y al frío invierno, mi hermano estaba apoyado en la camioneta. Su traje era igual al mío pero su abrigo era de un rojo y su pelo lo tiene mucho más largo, ya le llega hasta los hombros. Se dió la vuelta y me sonrió, yo asiento la cabeza en forma de saludo.

-Tardaste mucho, no siento mi trasero.

-Por lo mucho que lo usas.-abrió las puertas de la camioneta y nos subimos rápido. El interior estaba un poco frío pero al prender el motor, el aire acondicionado se prendió solo. Mi cuerpo se calentó enseguida y ya preparados, Dante puso en marcha el vehículo.

-Sabes, debes dejar de menospreciar mi culo. Mi mujer adora mis manzanas.

-¿Podrías dejar de hablar de tu trasero? Es lo menos que quiero saber es como tu mujer le gusta tus nalgas.

-Vamos, creo que la tuya de seguro tambien adora tus manzanitas.-el me miró burlón y yo le metí un puñetazo en el brazo.-Auch.

-La próxima va a tu boca.

-Amargado.-puso la radio y movía la cabeza con el sonido de esa música espantosa. Tomé todo el aire de mis pulmones para controlar mi sed de matar a mi hermano menor.

-¿Cómo está Isa?.-él se sonrió como estúpido.

-Bien, andaba media enojada. Unos estúpidos saqueadores de tumbas querían robar algunas de las reliquias que ella encontró hace unos meses.

-¿Pero pudieron encontrar a los ladrones?.

-Obviamente, mi equipo de seguridad los atrapó enseguida.

-Me alegre que por lo menos ahora sepas hacer bien tu trabajo.-me miró enojado y me saco la lengua, lo mismo hacía cuando éramos niños.

-Cállate, en algo tendría que ser bueno.-parecia contento con su nueva vida. Luego de que Isabel se graduó de arqueología, se hizo cargo de la agencia de viajes de su familia y Dante quiso ayudar, funcionaron sus servicios con la empresa y crearon algo nuevo. Devil May Cry, agencia de arqueología antigua, lugar a donde lo más grandes hallazgo se llevan para investigar. Proporcionan viajes y estadías para diferentes investigaciones y cuidan de la integridad histórica de las cosas.

La pequeña Reina, se hizo de su propio imperio en menos de dos años. Dante quedó como jefe de seguridad, cuida de cada una de las reliquias y anticipa los movimientos de cualquier mercenario o terrorista sobre alguna zona en específico que necesitan para recolectar las reliquias. Obviamente también cazamos algunos rebeldes que aún no entiende el nuevo régimen que gobierna en el infierno.

-Ya puedo ver su cara de asco antes esos malditos.-nos reímos y suspiré un poco más relajado.

Diría que lo tolero, un poco a Dante. Los años de rivalidad ya son un vago recuerdo, ahora somos un poco más unidos. Últimamente me viene a buscar a mi trabajar muy seguido o yo lo voy a buscar a él. Sé que es algo planeado por las gemelas pero en cierta forma lo disfrutamos, es digamos, divertido.

-Llegamos.-bajamos de la camioneta y nos encaminamos de prisa hasta la entrada principal de mi casa.

Al entrar el olor a comida nos lleno. Nos miramos y supimos que nuestros estómagos estaban pidiendo a gritos algo para llenarlos.

-¡Papá!.-mi sobrina baja de las escaleras corriendo. Era el vivo retrato de su madre, excepto por sus ojos, eso lo heredero de su padre.

-Ahí está mi princesa favorita.-mi hermano la alzó a los aires y ella se reía. Ví como mis otros dos sobrinos también bajaban, Tony corrió a tras de Adrik ayudándolo a bajar. El pequeño Adrik era un niño bastante tranquilo y dulce, vivo reflejo de su padre en el aspecto pero de carácter diferente a su hermana, quién era vivaz y sobreprotectora con sus dos hermanos y su primo. Por más que Tony y Noir sean los mayores, ella cuidaba de todos ellos. Dante estaba en su mundo con sus hijos y yo me preocure a dejar mi abrigó en el armario de enfrente.

Mis ojos se percataron de una figura pequeña a mi lado. Me gire sabiendo que mi hijo pequeño estaba ahí. Tocaba su ropa con nervios y no levantaba su cabeza del suelo.

-Hola padre.-me agache enfrente suyo y ví que su mejilla la tenía roja e hinchada. Toque suavemente su cara y el se atrevió a mirarme.

-Es obvio que no fue porque si.-el niega con la cabeza, su expresión cambio y parecía furioso.

-Él maldito de Matías no dejaba de molestar a mi amigo, no lo aguante más y le pegue con mi mochila. Luego el me pegó un puñetazo, entonces yo le di una patada en la cara, de su nariz salía mucha sangre.-mire a los demás y miraban a mi hijo con diversión.

-Tio Ver.-la pequeña Evi se acercó a su primo y lo tomo de su brazo. Mi hijo la miró y se escondió atrás de ella. ¿Dónde está tu honor hijo?.-Él defendió a su amigo, no lo castigue.

-Pequeña, no lo iba hacer. Solo quería decirle que la próxima no le pegue adentro del colegio. Afuera es mejor, no hay nadie que pueda castigarlo, si no te ven.-Dante y yo nos reímos.-Bueno, buenas noches a todos niños.-bese la mano de mi sobrina, acaricié la cabeza a mis otros dos sobrinos. Todos se fueron a la cocina, yo ví a mi hijo seguirle el paso pero sin previo aviso lo agarre y lo cargue en mis brazos.-Te amo pequeño pero la próxima ten más cuidado.

-Okey.-el se colgó de mi cuello y lo lleve a la cocina.

Ví a mi mujer hablando con su hermana, las dos con un vaso de vino y vestidas casi iguales. Traje ejegante pero una de color azul oscuro y la otra de un violeta del mismo tono. ¿Cómo hacen para combinar sus ropas una con la otra?.

Deje a mi pequeño en el suelo. Saludé a mi esposa que estaba más que hermosa.

-Tu hijo más grande llamo, dijo que quería venir a comer.

-Me parece bien.

-¡Sii! Nero va a venir.-Noir, mi hijo salto feliz pero vio a su madre y se escondió atrás de mi.

-Ay pequeño Noir siempre todo un caso.-su tía le abrió los brazos y el corrió a ella. Mis ojos se percataron a mi hermano, siendo pintando por su hija. Tenía varias trenzas hechas y sus labios tenía un color violeta llamativo. Me miró y me señaló que si decía algo me mataba. Me empecé a reír solo.

-Ahora sabes el propósito de mi pelo largo.-me acerque a él y me senté enfrente de mi sobrina que estaba muy concentrada pintando a su padre.-Jamás vas a saber que es ser padre de una niña.

-Supongo que soy un afortunado.

One Shots Devil May CryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora