¡Vamos chica!

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Para ambientarse con la historia, escuchen la canción que dejó aquí.

Sin más disfruten.

💙🎤💙

Isabel llega al local de Dante, el hombre quería festejar con ella sobre haber triunfado con su plan. Ellos estaban muy felices porque ahora sus hermanos estaban otra vez unidos disfrutando de su hijo.

Abrió la puerta esperando encontrar al albino pero solo encontró el escritorio vacío y el tocadisco encendido. Se fue hasta el sillón y dejo su cartera algo cansada.

Había tenido que arreglar algunos papeles de la empresa que heredero luego de que su padre muriera. Tuvo que ir formal y poner en su lugar a varios rabos verdes. Esperaba poder ir a su casa y cambiarse para estar más cómoda, pero no le dió tiempo.

-¿Dante?.-ella lo llamo y el albino apareció con dos botellas de vino y una de whisky. Estaba con una camisa blanca y unos pantalones negros. Estaba muy elegante, Isabel tragó saliva viendo cómo cada músculo se ajustaba a esa ropa. "Piensa en caca de perro, por favor."

-Lo siento, estaba calentando un poco de comida.-dejo las cosas en el escritorio y él se acercó a ella con una sonrisa picarona.-Te ves hermosa, como siempre.-le agarró la mano con cierto coqueteó y beso el dorso de su mano con suavidad.

-Tu te ves muy elegante. Diría que las camisa te sientan mejor que cualquier cosa.-él se rió y ella se encaminó hasta el escritorio, sentadonse en la silla de Dante. Se sacó los tacones azules cansada, se acomodó su falda azul marino y luego limpio una pelusa que tenía en su hombro izquierdo. Estaba contenta de mantener la parte blanca del vestido limpia.

-¿Día difícil?.-Dante sirvió las bebidas y ella gustosa los resivio, bebió un sorbo de vino y su cuerpo se relajo. El albino se apoyo en el escritorio, estando cerca de su cuerpo pero sin tocarse.

-Bastante, tuve que ir a la empresa de mi padre. Tenía que arreglar algunos papeles, batalle bastante. Me tiene harta con que soy joven, para los viejos verdes soy un festín.-él se rió y bebió la copa de un solo tragó.

-Bueno, en cierta forma los entiendo.-Isabel llevo la copa a su boca y Dante no dejaba de verla, hoy se sentía tan bien como para confesar algunas cosas.-Eres preciosa, sería difícil correr la mirada de ti.-la chica se rió y se cruzó de piernas. Dante miro muy disimuladamente sus piernas pero ella se dió cuenta, le pareció tierno cómo Dante se resistía.

-Gracias por el cumplido, pero ningún vería más que mis pechos y mi culo. Lo físico siempre es algo que solo les va a llamar la atención. Muy pocos se dignaron a mirar un poco más allá de esto.-ella se llevó las manos a sus pechos y los estrujó jugando un poco. Se rió sola y Dante pensó en cosas desagradable para no ser un irrespetuoso. Con ella tenía que ser diferente.

-Yo si me dignó y no te tengo miedo.-ella lo miró y se rieron.

Dante llevo una pizza caliente a la mesa, Isabel estaba agradecía de eso. Ella en esos momentos necesita de una pizza.

-Sabes.-llamo la atención a Dante quién ya estaba terminando la botella.-Me caes muy bien, pero no me gustaría verte borracho. Por favor pará, es demasiado.-Dante se rió y dejo la copa a mitad de beber.

-Mis peores días estás botellas eran mis mejores amigas, a parte de las chicas ¿No?.-apoyo su cabeza en su mano y sonrió recordando cómo se la pasaba borracho las 24hs del día.-Hasta que apareciste.-Isabel lo miró detenidamente y el continuo.-Por eso, te tengo una sorpresa.-se levanta y se va hasta las escaleras, desaparece en el segundo piso y vuelve con una sonrisa en sus labios. En sus manos tenía una bolsa grande con un moño color rojo en ella. Isabel reconoció la bolsa al instante, era de su local de ropa favorito. Él le entrego la bolsa y ella algo sorprendida la recibió. Abrió la bolsa y vio un bulto azul. Saco el abrigo y lo reconoció, era aquel que vio hace algunas semanas atrás. El abrigo precioso azul brillante que se enamoro de el en el primer momento.

One Shots Devil May CryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora