Momentos en el tiempo

33

Itachi, joven e ingenuo, estaba sonriendo mientras caminaba de regreso a casa. Decidió que era, con mucho, el mejor año de su corta vida. La guerra había terminado, había aprendido a hacer el jutsu de Fireball y, lo mejor de todo, se había convertido en un hermano mayor. Desafortunadamente, su buen día estaba a punto de ir mal.

"¡Itachi!"

El niño se volvió para ver a uno de sus primos. "Hola, um, buenas noches". Itachi olvidó el nombre del adolescente. Siempre había llamado, no en voz alta, al chico Squeaky porque era un fanático de la limpieza. Todo sobre él, su familia, su hogar, siempre estaba impecablemente limpio.

"Qué bueno que te atrapé aquí. Tengo algo que decirte".

"¿Qué es?"

"Tu madre y Sasuke van a pasar la noche en la casa de tu tía. De repente se enfermó".

"¿Se encuentra ella bien?"

"Sí, no te preocupes, ella está bien", sonrió. "El problema es que tu padre estará atrapado en una reunión de emergencia con los otros jefes de clan y el Hokage. Quizás tengas que pasar la noche solo".

Itachi estaba a punto de decir algo cuando su primo lo interrumpió. "Entonces tu padre envió un mensaje a mi padre. Pasarás la noche con mi familia".

Itachi hizo un puchero, no quería quedarse con Squeaky y su familia. Su primo ni siquiera se dio cuenta cuando Itachi se escapó porque estaba demasiado ocupado parloteando sobre el honor que era tener al heredero de Uchiha en su casa.

Dicho heredero corrió tan rápido como pudo y abandonó el complejo Uchiha. Sabía que no debía, pero solo iba a ser por un tiempo. Quería disfrutar de su libertad mientras duraba. Itachi se acercó al mercado y quedó fascinado.

Raramente se le permitía salir del complejo porque era el heredero y demasiado joven. Aparentemente era demasiado peligroso para él estar fuera. Había tanta gente vestida con ropa de diferentes colores, todos riendo y sonriendo. Los hombres y mujeres del clan Uchiha no siempre se reían a carcajadas y parecían tan relajados. Y solo llevaban tres colores: negro, azul y rojo. Fue un cambio agradable.

Itachi vagó por un poco más de una hora. Pensó que debería regresar ahora ya que se acercaba la hora de la cena. Desafortunadamente, no tenía idea de dónde estaba. Miró a su alrededor, perdido. Estaba empezando a oscurecer. Se preguntó a quién debería pedir direcciones.

"Itachi, ¿eres tú?" El joven muchacho salió de sus pensamientos cuando escuchó que algunos gritaban su nombre.

Una mujer con largo y hermoso cabello rojo y barriga notablemente prominente se le acercó. Ella se paró a su lado y le sonrió. Itachi la conocía; ella era amiga de su madre. La había conocido muchas veces.

"Hola, tía Kushina", sonrió Itachi. Aunque ella no estaba relacionada con él, él todavía la llamaba tía y deseaba que lo fuera. Ella era realmente divertida y tenía las agallas para hacer bromas sobre su padre justo en frente de la cara del hombre.

"¿Qué estás haciendo aquí? No veo a Mikoto o Lord Stick-up-his-butt", dijo Kushina.

"Mi madre y Sasuke están en la casa de mi tía porque se enfermó. Y mi padre está en una reunión. De hecho, se supone que debo quedarme con Squeaky y su familia esta noche", respondió Itachi. Estaba acostumbrado a escuchar a la mujer pelirroja llamar a su padre varios apodos.

"¿Quién es chirriante?" Ella preguntó.

"Oh, bueno", Itachi se sonrojó. Kushina era una persona despreocupada. Itachi tendía a olvidarse de los modales y decía lo que pensaba.

"Es uno de mis primos. No recuerdo su nombre porque solo puedo pensar en lo limpio que está".

Ella se rio. "Puede haber esperanza para ti todavía. Entonces, ¿por qué estás aquí si se supone que debes quedarte con tu primo?"

"Realmente no quiero quedarme con él", hizo un puchero.

Kushina sonrió, "¿Qué tal si hablamos de eso durante la cena? Estoy seguro de que tienes hambre".

"Si, gracias."

Los dos estaban sentados en Ichiraku's disfrutando de su comida, e Itachi se sorprendió de lo rápido que Kushina comió su ramen.