Momentos en el tiempo

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Hinata, Sakura, Sai y Kakashi habían regresado a la aldea después de una misión exitosa. Sakura y Kakashi estaban hablando con Tsunade mientras Hinata estaba esperando afuera del edificio con Sai. "Sabes, es solo la cuarta vez que Sakura se va a una misión", dijo con su voz tímida y tranquila.

"¿Por qué? ¿Sakura es realmente tan mala una kunoichi?" Sai respondió.

"¿Q-qué? No, ya ves, Sakura es la aprendiz del Hokage y trabaja la mayor parte del tiempo en el hospital. Naruto, como sabes, no está entrenando con Jiraiya. Y Sasuke ... bueno, estoy seguro de que sabes sobre él."

Sai asintió entendiendo. "Seguir."

"Correcto, así que solo realizó cuatro misiones junto con Kakashi-sensei para ver si el reemplazo elegido para Sasuke podía quedarse".

"Ya veo. Me pregunto si reemplazaré a Sasuke".

"No, nunca podrías reemplazar a Sasuke".

Sai y Hinata se volvieron para ver a Sakura deslumbrante con Kakashi a su lado.

"¿Por qué, hice algo mal?"

La mirada de Sakura se cambió ahora por una sonrisa. Esta vez, Kakashi habló. "Sasuke nunca será reemplazado. Por eso; no vas a tomar su lugar". Él sonrió con una sonrisa, "Serás otro miembro del Equipo 7, no el reemplazo de Sasuke".

"Bienvenido al equipo", sonrió Sakura.

"Felicidades", sonrió Hinata.

"Gracias", sonrió Sai. Estaba lejos de ser genuino, pero tampoco del todo falso.

¿Q-qué? ¿Dónde estoy? Oh si. Estúpidas bayas. Jiraiya gimió internamente y se desmayó.

El herbolario observó al pervertido Sannin. Debería volver con buena salud en uno o dos días. Y luego puede volver con su aprendiz, quien debería haber vuelto a su edad real para entonces. Tarareando para sí misma, Yasumi volvió a regar sus plantas.

Itachi había escondido el regalo que había traído el día anterior. Había usado un genjutsu para asegurarse de que nadie, digamos cierto jinchūriki, lo encontrara.

"Naruto, es hora de despertar", sacudió suavemente el hombro del niño.

"No quiero", respondió el niño con sueño. Era demasiado cálido, cómodo y contento.

"Aquí pensé que estarías emocionado por tu cumpleaños". Itachi le dio la espalda a la cama y comenzó a caminar lentamente hacia la puerta. "Me pregunto a quién debería darle su regalo".

Los ojos de Naruto se abrieron de inmediato y no se vio ni rastro de su maravillosa somnolencia. Saltó de la cama y se aferró a la espalda del hombre. "¡Estoy despierto! ¡Estoy despierto! ¡No le des mi regalo a nadie!"

Itachi se rio entre dientes. "Ahora que estás despierto, ¿por qué no te limpias y bajas a desayunar?"