Momentos en el tiempo

69

"¿A dónde me llevas, Naruto?"

"¡Es una sorpresa!"

"¿Estás seguro de saber a dónde vas?"

"Por supuesto que sí", tiró de la mano de Itachi. "Casi estámos allí."

Otros minutos de caminata y finalmente llegaron a su destino. Había un tenedor en el camino que llevaba al padre al bosque. Entre el tenedor había un árbol enorme con una base ancha y ramas gruesas que se extendían sobre otros árboles. La oscuridad dificultaba que Itachi dijera qué tipo de árbol era.

"¿No es genial, papá? ¡Apuesto a que este es el árbol más grande del mundo! ¿Podemos hacer una casa en el árbol aquí?"

"Lo pensare."

Los ojos de Naruto se entrecerraron ante el tono de voz de Itachi. "Estás mintiendo, ¿no?"

"No, no lo soy".

"Lo pensarás pero no nos dejaremos tener la casa del árbol, ¿verdad?"

Itachi vaciló. ¿Qué se suponía que tenía que decir él? No quería mentir. Finalmente, decide ir por una declaración ambigua. "Puedes tener una casa en el árbol".

"¡Sí! ¡Te amo, papá!"

"Y yo a ti", Itachi le pasó un brazo por los hombros y se asentaron en la base del árbol. "Mira hacia arriba, Naruto".

"Guau..."

"Estamos lo suficientemente lejos del pueblo para verlos".

"¡Las estrellas son tan bonitas!" Naruto jadeó y señaló: "¡Creo que se cayó! ¿Podemos ir a buscarlo?"

Itachi se rio entre dientes. "¿No quieres pedir un deseo?"

"¡Oh si!" Sus brillantes ojos azules se abrieron antes de cerrarse. Itachi siguió su ejemplo.

Naruto abrió los ojos y puso mala cara. "Aw, no vimos dónde cayó la estrella".

"Quizás la próxima vez."

Se sentaron en paz y tranquilidad. Hasta que Naruto comenzó a inquietarse. "Papá, cuéntame una historia".

"¿Una historia?" Itachi hizo una pausa por unos momentos. "Está bien, esta es la historia de un ninja llamado Naruto"

Naruto cubrió la boca de Itachi, "¿En serio, papá?"

Él sonrió y gentilmente retiró la mano del niño. "Sí, Naruto, de verdad. Es una buena historia, ahora escucha ..."

Itachi abrió los ojos y parpadeó dos veces para aclararse la cabeza. Se enderezó y miró a su alrededor. Amanecía, iluminando el este con la cálida luz del sol. Se estaba volviendo más y más ligero. Itachi frunció el ceño mientras se masajeaba la cabeza, tratando de recordar lo que estaba olvidando. Entonces se le ocurrió.

"¿Naruto?"

El niño no se veía por ninguna parte y tampoco podía sentir su chakra. Itachi buscó frenéticamente.

La vegetación aplastada indicaba que alguien había tomado uno de los caminos hacia el bosque solo unas horas antes. Itachi siguió rápidamente las huellas. Eran de tamaño pequeño y trató de calmar su corazón palpitante diciéndose a sí mismo que Naruto debía haberse despertado y errado. ¡Voy a matarlo!

Incontables escenarios corrieron por su cabeza. ¿Realmente el chico había sido secuestrado de nuevo? ¿O estaba perdido? Según las huellas, no había vuelto a su edad real, por lo que la teoría estaba fuera. Se preguntó brevemente si debería alertar a los otros miembros de Akatsuki. No, esta es una buena oportunidad para alejar a Naruto de aquí. Puedo manejar esto yo mismo. No era arrogancia, sino un simple hecho de que solo había un número limitado de personas en el mundo capaces de enfrentarse cara a cara con él. Si alguien se hubiera llevado a Naruto, podría lidiar con ellos.

Otra hora de búsqueda condujo a Itachi a un claro, un campo abierto cubierto de viejas rocas y guijarros. La tierra seca era similar a la del templo donde él y Kisame habían encontrado a Naruto envejecido. Pero eso no fue lo que llamó la atención del Uchiha.

Sentado perezosamente en una roca en el medio del campo estaba Sasori. Naruto estaba inconsciente junto a él, gimiendo y retorciéndose.

"Ya era hora."

La furia hacia Sasori y el miedo por Naruto se fusionaron y el Sharingan de Itachi se desangró en Mangekyō Sharingan.

"Ahora, ahora, no seamos apresurados. Si me pasa algo, ¿quién te proporcionará el antídoto?"

Itachi se congeló. "¿De qué estás hablando?"

"Durante nuestro pequeño viaje de pesca, podría haber envenenado el agua del pequeño Naruto", dijo casualmente.

Itachi entrecerró los ojos. "Sabes que no puedes dejar que muera o Pain te matará. Así que debes tener el antídoto contigo. Creo que te mataré y te lo quitaré de tus manos frías y muertas".

Sasori parpadeó. "Está bien, me tienes. Realmente no lo envenené", se encogió de hombros. "En realidad fuiste tú".

Itachi guardó silencio, esperando que él dejara escapar su plan.

"Fue bastante fácil drogar a los demás. Pero tuve que ser cuidadoso contigo. Así que hice que Naruto lo hiciera por mí", sonrió Sasori.

¿Cómo haría Naruto eso? ¿Y por qué? Los ojos de Itachi se abrieron cuando la realización lo golpeó.

"Finalmente lo descubrí, ¿verdad?" La sonrisa de Sasori se ensanchó, "Sí, es cierto. Naruto es mi agente durmiente ahora".