Soy albina, omega y una roge. Fui desterrada a los quince años por haber asesinado a mis compañeros, miembros de mi manada. Aprendí a vivir por mi cuenta, abandonada por mis padres y desterrada por mi manada sin derecho a un juicio justo. Me aleje d...
Mi corazón latía desbocado, hacía tanto tiempo que no pisaba una manada. Venga respira Shaina, eres mucho más fuerte que esto, me repetía a mí misma como mantra mientras caminaba por el asfalto rocoso del pueblo de la manada Trimeschie. La gente que pasaba a mi lado me miraba con duda, una chica albina no pasa desapercibida. Camino con la frente en alto, segura de mi misma aunque los nervios me estuvieran comiendo por dentro hacia la cabaña principal, de paso mire a mis alrededores el lugar...era tan hermoso. Cabañas de madera una situada al lado de la otra se sentía tan hogareño el lugar... La nostalgia venía a mi. Cuando llegue al lugar principal donde toda la gente iba me asegure de revisar bien cuál sería mi ruta de escape, me puse detrás de un grupo grande y me colé con ellos. Me mantuve alejada de las miradas de todos. Apoyada en una pared jugaba con la piedra que colgaba de mi cuello,aquella piedra que tapaba mi olor mi esencia y todo de mi, era pesada y de un extraño color Borgoña... En este preciso momento era lo que me mantenía lejos de ser destrozada por los Miles de dientes que había frente a mi. Muchos me miraban con deseo pero cuando intentaban olfatearme la duda se dibujaba en su rostro y se mantenían alejados, cuando la campana de ceremonias sonó me inmiscuyo entre las personas hasta poder divisar el centro del salón donde la ceremonia se llevaba a cabo y ahí lo ví, mi pequeño Fenrir, él ya era todo un adulta, alto muy alto seguro me llevaba dos cabezas, espalda ancha buen porte, ese hermoso cabello azabache y sus lindos ojos azules, tenía ganas de correr a su lado y hablarle, decirle lo mucho que le extrañaba, que le adoraba... Mi pequeño hermanito, te he echado tanto de menos. Cuando el alfa hablo cada fibra de mi cuerpo tembló, olvidándome completamente de mi hermano y concentrándome en él era alto, espalda ancha, pero no tanto como la de Fenrir, se veía delgado, mandíbula cuadrada, porte de líder, aire de orgulloso y dominante, sus ojos... Eran de un magnífica color ámbar, mi corazón latía desbocado. Su voz era hipnótica se me hizo pragmática al instante. No sé si era mi parte Omega siendo sumisa hacia la voz de mando de un alfa que tantos años no escuchaba o era por él. Lo importante era, que no pude quitarle los ojos de encima...y eso me aterraba.
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Mi mate,mi mate estaba aquí, el ruido de una copa rota se escuchó a mi izquierda y gire mi cabeza, fue ahí cuando nuestros ojos se encontraron. Iama había soltado su copa y me miraba fijamente, podía escuchar su corazón latir rápidamente, oler su esencia exquisita. Mis caninos salieron y solo deseaba correr a su lado y reclamarlo como mío pero...no podía hacerle eso. Lancé me miraba con irá, sabía que apenas corriera al lado de Iama me golpearon, o me estrellaria la cara contra el suelo. Junte todas mi fuerzas e hice eso mismo. Golpeé mi cabeza contra el duro silo de madera y suplique.
-Alfa, solicito su permiso, su bendición para tener a su hermano... Si el me acepta.
Lo escuché reír antes de que me tomara de la ropa y me pusiera de pie-Buen chico-susurro solo para mis oídos y me paro a mi lado- MI BETA-Grito con orgullo- Hoy mi Beta tomara lugar que se le fue asignado por mi lobo y porque la diosa Luna así lo quiso, mi mano derecha-palmeo mi hombro y me miró mostrándome esa hilera de dientes blancos y perfectos-mi amigo y mi futuro cuñado- todo dentro de mí se relajo y pude sonreírle.