Día 6: al agua.

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C L A I R E

Edmun pasó del plan aquel sábado. Lo que dio más motivos a Tom para pensar que estaba enamorado de mí y que por eso no quería venir, porque así evitaba verme con Derek. Leah no tenía ni idea de nada, pero Tom no pudo evitar soltarlo todo de golpe y ella se puso de su parte. Ambos quisieron comerme la cabeza con el tema y los miré de una forma tan de querer matarlos que no dijeron nada más en todo el día con respecto a eso.

—No me puedo creer que Derek me haya quitado el sitio en el coche de Claire. —Se quejó Leah desde el asiento trasero central y Derek rió.

—Lo siento Leah, te prometo que no era mi intención. —Respondió el aludido y Leah bufó y se dejó caer hacia atrás en su asiento.

—Yo pensaba que tendría preferencia por antigüedad.

—Antigua sí que estás, pero no lo suficiente como para cederte el sitio delantero. Seamos realistas, no eres una buena copiloto. —Añadió Tom y Leah parecía echar chispas por los ojos.

Aiden observaba la escena entretenido pero sin participar. Miraba cómo Leah agredía físicamente a Tom con pellizcos y tortazos en la pierna y Tom protestaba porque según él, Leah tenía la fuerza de un animal. Nadie le hizo ni caso.

Miré de reojo a Derek que sonreía mirando al frente. Sonreí como acto reflejo y seguí conduciendo tranquilamente intentando ignorar el ruido que había en los asientos de detrás. Unos minutos después, tuve que parar en un semáforo en rojo y me giré a mirar a los dos tontos que tenía como amigos.

—¿Podéis parar de dar tanto la brasa? En serio, sois muy pesados y vais a conseguir que os eche de mi coche de una patada en el culo. ¡Callaos ya! Quiero un viaje tranquilo, joder. —Grité y ambos asintieron rápidamente. Aiden me miró con sorpresa pero vi cómo le brillaban los ojos con diversión. Cuando me giré hacia delante, vi que Derek también aguantaba la risa. Puso la mano en mi muslo y dio un apretón que me hizo apretar mi agarre en el volante.

—Tranquila, ya queda poco trayecto y podrás ignorarlos el resto del día. —Dijo y asentí. Sí que tenía ganas de ignorarlos un rato. O, más bien, tenía ganas de centrarme en otras cosas.

***

Cuando llegamos al parque acuático, no podía creerlo. Unos segundos más en el coche y hubiese dejado que nos estrelláramos a nuestra suerte para que así con un poco de suerte, Leah y Tom sufrieran las consecuencias. ¡Sacaban lo peor de mí! Solo a mí se me ocurriría invitarlos a un día juntos sin Edmun. Él era el que conseguía que yo mantuviera la calma en momentos como estos. Más que nada porque él conseguía callar a Tom de un golpe y me agarraba cuando pretendía darle yo otro. ¡Así funcionábamos!

—Hacía mucho que no venía a un parque acuático. —Dijo Aiden y sonreí.

—Yo también hacía bastante que no venía y me encantan. ¡Vamos! —Tiré de su brazo y ambos corrimos hasta la taquilla con Derek, Leah y Tom siguiéndonos.

—¿Cuántos sois? —Preguntó el chico de la taquilla.

—Cinco. Pagamos por separado. —Respondí y asintió. Me dio mi entrada y le di el dinero. El resto de los chicos hicieron lo mismo y el chico nos abrió la puerta.

—Adelante, disfrutad.

—Gracias. —Respondimos al unísono.

***

—¡Vamos allí primero! —Le grité a Aiden y él asintió con una sonrisa.

—¡Vamos!

10 días para enamorarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora