Capítulo 1: Nuestras máscaras.

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A D R I Á N


Adrián se consideraba prudente, un poco distante en lo referido a la sociedad. Tenía un error muy común en su familia y aquél era buscar u juzgar por las apariencias, a pesar de saber que las apariencias engañaba. Él tenía en claro que para la gente que asistía a las fiestas solo eran para llegar con sus mejores galas, presumirlas, dar el mejor baila y si corrías suerte conseguir una pareja si aún no encontrabas pareja adecuada.

¿Qué pareja es la "adecuada"?

Adrien se había cuestionado aquella incógnita por mucho tiempo, precisamente desde que había cumplido todos los requisitos que anhelaba alcanzar antes de formar una familia. Sin embargo, cuando todo estuvo al alcance de sus manos lo que más deseaba no había aparecido, y por más que la buscara con esmero no lograba hallar a la mujer que compartiese al menos los deseos de formar una familia en un pueblo pequeño y alejado solo para amarse. Olvidando clases, etiquetas, la sociedad, las luchas, el movimiento revolucionario, el cotilleo. Adrien quería olvidarlo todo.

Todo lo innecesario en el amor.

Tan convencido estaba con no encontrar a una dama que fuese hermosamente única entre todas, que aunque usó sus mejores galas su cara tenía la misma seriedad, la misma arrogancia de todos los días. Tanto que para las demás personas, sobre sus zapatos sólo estaba el hombre de imponente presencia y bajo la suela todos los seres que le rodeaban.

Adrien maldijo la admiración con la que le miraban las damas y el orgullo u envidia que le tenían los caballeros por solo ser hombre y atraer las miradas de las doncellas. Maldijo porque el mundo lo tenía en un pedestal al que no pertenecía, en la cima de la perfección cuando él se consideraba un títere maquillado por la sociedad y su familia. Por más arrogancia que pudiera reflejar, nadie más que él veía que la humildad de su corazón sencillo e inocente como un niño se emocionaba por los pequeños detalles o muestras pequeñas de transparencia y amor genuino. Solo él sabía que toda esa fachada era una máscara para su alma en penurias por la soledad de su corazón.

Nunca imaginó que entre las muchas personas que asistirían al baile con la temática ridícula de mascaras encontraría un pequeño tesoro escurridizo. Una sirenita fuera del agua en la superficie cruel. Una joven que escapaba de los hombres con dobles intenciones o buscando cortejarla. La pequeña sobrina de los Gautier había asistido por primera vez a ése tipo de fiestas, y a pesar de ser pequeña de edad tenía unos rasgos exquisitos, contextura perfectamente encaminada a la perfección.

La joven había sido víctima de su penetrante mirada desde el instante en el que pisó las escaleras interiores del salón. Justo en el momento en el que un hombre de traje le presentara como: Señorita Marie Gautier, sobrina del Duque y la Condesa de Gartier.

Había saboreado su nombre relamiendo sus labios lentamente al bajar ella las escaleras. Sin embargo, lo único que le hacía a Adrien descartarla de su pareja adecuada ideal, era el hecho de verla bajar con tanta seguridad y arrogancia como solo ella misma. Solo su postura recta y la falta de humildad podían compararse con su gran belleza. Con mirarle su vestido tan hermoso, sobresaliente entre los demás, podría percatarse cualquiera que aquella joven no estaba disponible para cualquier hombre.

Adrien intentó ignorarla desde el momento en el que juzgó por primera vez a la joven enmascarada. Sin embargo, se reprimió a sí mismo por juzgarla por apariencias, tal vez ella a pesar de ser tan arrogante ella podía ser buena y buscar amor como...como él. Podría ser posible que ella también usara la misma máscara que él ¿No?

Lo comprobó al ver sus repetidas huidas; su necedad al no querer recibir atenciones u cumplidos; al ver su máscara de seguridad y superioridad caerse al sentirse intimidada por aquel hombre pesado porque de seguro ella quería darle un golpe para que dejara de intimidarla, pero vio el miedo de decepcionar a alguien que...se vio así mismo obedeciendo a sus padres; vio en el momento en el pasó frente a él con una elegancia casi natural en la huida que ella no era más que él, tampoco era menos: ambos eran iguales.

Es por éso que intencionalmente puso su pié haciéndola tropezar y la sostuvo con sus brazos ayudando a la joven a recuperar la completa estabilidad que él mismo le había robado. Obviamente no sin antes ahuyentar al hombre que pasado de copas se quería propasar con ella, este al verlo amenazante huyó.

Y antes de invitarla a bailar, levantó la máscara que solo él sabía que había caído ante sus ojos expertos en engaño. También  se la colocó nuevamente, porque sólo él quería ser el descubridor de lo bella que era en el interior.

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2° Cap del día. Estoy re emocionada jaaaa...

Nos enteramos que cuando Adrien le dice que sólo él quiere saber la belleza que esconde, lo dice en doble sentido (pero del bueno. je) Habla de que no es solo bella por fuera, sino también por dentro.

Y cuando habla de que la máscara cayó, también hay dos razones: donde en una literalmente cayó la máscara con plumas que tenía  Marinette (o Marie) delante de él, y por otro lado la máscara que ella les muestra a los demás, a la sociedad, para no decepcionar a su familia.

Tengo que elegir ¿Qué prefieren, dulce o salado?

Les amo.

Pueden seguirme en mi otra cuenta con historias independientes y salidas de mi cabecita jejeje. Lady-Sol44

1800 EL IMPERIO DE NUESTRO AMOR ||ADRINETTE||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora