Capítulo 1: El comienzo

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(Los personajes de la franquicia "How to train your dragon" no me pertenecen. Pertenecen a Dreamworks.
Yo sólo juego con ellos para diversión mía y de los fans)
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Capítulo 1: "El comienzo"

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Berk – 26 de febrero de 2020 – 8:20 PM

Las calles se veían bastante desiertas esa noche, aunque no le daba tanta importancia, a pesar de que esas calles en particular siempre tenían gente, incluso en altas horas de la noche. Había tenido un día bastante pesado y, por qué no, aburrido. Trabajaba en una oficina en uno de los edificios más altos del centro de la ciudad, tal vez para otras personas ese sería el mejor trabajo del mundo, pero para él no. Había estudiado administración y ahora tenía que estar gran parte de sus días encerrado en esas oficinas infernales.

Desde que estaba en la universidad supo que eso no era lo suyo, que ese trabajo no lo haría feliz ni sentir orgulloso de lo que hacía, pero sus padres lo forzaron a estudiar una carrera que no quería. Después de muchas discusiones y problemas familiares terminó aceptando, sólo para complacerlos. Sabía que tarde o temprano terminaría harto de su labor, pero no creyó que sería tan pronto. Tenía 25 años, se había graduado hace apenas unos meses y ya no aguantaba más. Era un hombre de piel algo morena, alto, delgado, con los ojos café claro y un cabello castaño ligeramente largo, peinado hacia un lado.

Lo que él realmente siempre quiso fue ser médico, quería servir a la sociedad y sabía que esa era una buena forma de hacerlo. En el fondo nunca olvidó esos deseos, incluso en sus ratos libres se la pasaba leyendo libros de medicina o viendo vídeos en internet acerca de esos temas. Era su pasión, y en esos últimos días se había estado lamentando bastante no haber seguido sus sueños sólo por complacer a sus padres. La última vez que los vio fue el día que se graduó, hicieron una gran celebración en casa. Vivían en una ciudad relativamente más pequeña, a unos 60 km de distancia. Él se mudó a Berk al poco tiempo pues recibió una oferta de trabajo bastante buena, tenía que admitirlo, por lo que llevaba unos meses, casi un año, sin ver a sus padres. Ese mismo día, después de la celebración y cuando todos los invitados se habían retirado, discutieron. Finalmente les recriminó no haberlo dejado estudiar lo que él quería estudiar. Al día siguiente empacó y partió a la ciudad donde había vivido hasta ahora, apenas y se hablaron y se despidió a secas.

Mientras caminaba por esas calles extrañamente desiertas pensaba en que quizás llegando a casa debería tomar el teléfono y llamar a su madre. Ya había pasado tiempo y sentía que debía disculparse por esa última discusión, tal vez hasta su padre se animaba a hablar. Trataría de verle el lado positivo a su trabajo con todas sus fuerzas.

Dobló en una esquina y se metió en un pequeño callejón, luego subió las escaleras y llegó finalmente a la entrada de un edificio de apartamentos. Él ocupaba el departamento número 19 en el tercer piso, por lo que todavía tenía que subir unos cuantos escalones más. Los departamentos no eran precisamente pequeños y modestos, aunque tampoco eran lujosos. Eran unos departamentos de clase media bastante bonitos, el color blanco predominaba en el edificio. Al vivir solo sentía el departamento más grande de lo que en realidad era, tal vez era hora de ir pensando en una compañera.

Ese pensamiento le llegó gracias a que en las últimas semanas había estado hablando de manera ya algo cercana con una de sus compañeras de trabajo. Se llamaba Heather Deranged.

No sabía definir si las cosas se estaban dando como para iniciar una relación, pero lo cierto es que tenían muchas cosas en común y ya le había tomado cierto cariño. Si al final no pasaba nada entre ellos al menos estaba seguro de que sería una gran amiga. Era una chica agradable. Ese mismo día, antes de salir, habían estado hablando de dragones por alguna extraña razón. Ya ni recordaba exactamente cómo había surgido esa conversación.

Infección - Volumen 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora