Cuarto capítulo: No vuelvas a dejarme solo.

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Ya era de día y los rayos de sol iluminaban todo el cuarto. Tsukiyama abrió lentamente los ojos para acostumbrarse poco a poco a la luz a pesar de que sus párpados se empeñaban en cerrarse por la falta de sueño. Cuando recordó lo que había pasado la noche anterior sonrió y se giró hacia el otro lado de la cama para darle los buenos días a Kaneki. Pero él no estaba ahí.

Se levantó y caminó hacia su cuarto para

ver si había vuelto allí durante la noche, pero estaba vacío. No había rastro de Ken, estaba totalmente solo.

En todo este tiempo Kaneki no había dejado la casa, apenas había salido de su cuarto. Tsukiyama se encargaba de solucinar todos los asuntos que implicaran salir fuera, como traer carne humana a casa cuando fuera necesario. Tuvo un mal presentimiento y un escalofrío lo recorrió de arriba a abajo. Su cabeza se fue llenando de malos pensamientos hasta que no pudo mantener la calma, así que volvió a su cuarto para vestirse a toda prisa y salir a la calle en su busca.

Justo cuando estaba abriendo la puerta apareció Kaneki frente a él con una bolsa en su mano derecha y una sonrisa en la cara.

-Buenos días, Tsukiyama.

Entró sin decir nada más y dejó la bolsa en la mesa del comedor. Shuu sintió un gran alivio al verle y se acercó por detrás para abrazarlo por la espalda.

-Buenos días, Kaneki-kun.- Dijo. Despues besó su mejilla y se separó de él para sentarse en una de las sillas que estaban alrededor de la mesa mientras dejaba caer su cabeza sobre una de sus manos. - ¿Puedes hacerme un favor? No vuelvas a irte sin decirme nada ¿vale? De verdad me asustaste.

-Vaya, lo siento. Pero me apetecía salir a hacer la compra. Quería preparar café para el desayuno como en los viejos tiempos.-Kaneki hablaba mientras iba del salón a la cocina guardando los botes de los diferentes tipos de café que había comprado. Parecía muy emocionado por algo así de simple.

-¿De verdad esto está bien?

-Sí... el olor del café me trae buenos recuerdos.

-Espero que no estés pensando en volver al régimen de alimentarte solo de café- Rió de forma irónica.

Kaneki dejó lo que estaba haciendo y miró a Tsukiyama.

-Aunque lo intentara, mi cuerpo no soportaría volver a ese régimen.- Dijo con un tono de culpabilidad y miró hacia abajo.

Shuu se dirigió hacia donde estaba Ken y levantó su cabeza para besarlo.

-Ahora estoy yo para cuidarte. No necesitas preocuparte por nada mas que mantener tu sonrisa.

Ken rodeó el cuello del otro con sus brazos y lo besó. Pero ese era un beso de perdón por la mentira que le había contado. No había salido sólo a comprar café.

Tokyo Ghoul: Another end.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora