Hace mucho que no caminaba por las calles de la ciudad sola. En realidad, dado que no recuerdo cuándo fue la última vez, podría hasta afirmar que jamás lo he hecho. Mike se ofreció a llevarme, pero no quise que lo hiciera. Preferí venir sola, cuidando mucho de pasar desapercibida al salir de la mansión. Iba con lentes oscuros y una gorra, accesorios que, al estar unas cuadras lejos, me quité y guardé en mi mochila.
Es gustoso, a pesar de que de vez en cuando hay demasiados ruidos de autos o de gente. Siempre vi con mal ojo todo lo relacionado a la ciudad, más puede que eso se debiera a que relacionaba a los Vander con Georgina, y los Vander no eran exactamente algo que miraba de buena forma. Ahora, con heridas cerradas, puedo darle más mérito a este lugar, hasta podría acostumbrarme a este ambiente.
Pensar en ello me causa conflicto, pues tendría que empezar una vida totalmente nueva, otra vez. De todas formas, iré a la universidad tarde o temprano, así que es algo que debería considerar como mi futuro próximo; sin embargo, sigue siendo doloroso sentirme tan lejos del páramo y de la gente que está allí. No estoy segura de estar lista para la nueva etapa que llegará pronto a mi vida.
Ian me dijo que en diez minutos nos encontráramos en el parque Golden, y el mapa me dice que está a un par de calles, por lo que puede que acabemos llegando al mismo tiempo. Estoy algo nerviosa, dado que hoy pasarán muchas cosas. Primero que nada, iremos a ver a Sammy, luego de eso iremos a su antigua casa, que ahora pertenece a sus abuelos paternos, después visitaremos a los padres de Sammy y, al finalizar el día, habrá una cena con mi familia en la mansión. Como si ya la presión de mañana no fuese suficiente.
Con todo y los nervios, estoy feliz de saber que hoy nuestra relación será más fuerte y cercana, puesto que mostrarme este lado de su pasado y yo presentarle a mis padres es algo que no se hace con todo el mundo.
Viene en la camioneta de sus padres, por lo que me acomodo en una banca cercana a la calle y espero allí. Es un día precioso, y espero que siga así. Me he vestido con una playera blanca dentro de los jeans que me compró Mike, junto a la chaqueta que también me dio él hace apenas unos días. Todo resultó en un atuendo bastante bonito.
Escucho a las personas a los lejos jugando en el parque, a los autos andando, a los pájaros cantando y el viento soplando las hojas de los árboles. Hoy hay especialmente mucho viento, que me despeina de nuevo cada tanto.
Justo cuando veo la camioneta de los padres del chico estacionarse en la calle a varios metros de mí, recibo su mensaje de que ha llegado, así que me levanto de la banca y camino hasta allí.
—¿Almorzaste? —es lo primero que pregunta luego de saludarme.
—Desayune tarde, en todo caso —digo mientras me pongo el cinturón y dejo la mochila sobre mis piernas.
—Mis abuelos nos invitaron a almorzar, así que nuestros planes se revolvieron un poco —el auto comienza a avanzar—. Iremos con ellos primero, luego veremos a los padres de Sammy, y al final iremos al cementerio.
—Está bien —sonrío.
Ian quita su mano derecha del volante y toma la mía, sin despegar la vista del camino. Mi novio está callado, pero su tacto me llena más que sus palabras. Su típica música desconocida para mí suena en el fondo, tan baja que se mezcla con el sonido del auto marchando.
—Solía estudiar allá —minutos más tarde, Ian señala un edificio del que se ven saliendo estudiantes. A leguas se nota que es un colegio privado—. No me gustaba mucho. Nunca interactúe con nadie que no fuese Sam, al menos no de manera amistosa —cuenta—. Digo, no me molestaban o acosaban, en todo caso me ignoraban. Eso sí me gustaba.
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Mira más allá
Teen FictionTERMINADA Miranda es dulce. Miranda es brillante como el sol. Miranda sonríe todo el tiempo. Miranda salta sobre las adversidades. Miranda disfruta su día a día. Miranda es todo lo contrario a lo que Ian es. Y aún así, ellos no son tan distintos.