𝕊𝕖𝕣𝕖𝕟𝕕𝕚𝕡𝕚𝕥𝕪

4

Ambos quedaron atónitos al ver el exterior de aquel pequeño apartamento.
Gruesos tablones de madera bloqueaban la puerta, cerrando el paso a cualquiera que quisiera entrar.

- Dime que no me has traído a una casa abandonada - Dijo Tony mirándole con incredulidad

- Claro que no - respondió Steve - Debieron poner todo esto cuando desaparecí en el hielo

-¿Espera...esto es....?

- Es mi antigua casa - dijo el rubio apartando los tablones de madera para poder abrir la puerta

Todo seguía igual en su interior, al fin y al cabo tan solo habían transcurrido dos años desde su supuesta muerte.
Tony sabía que Steve nunca había tenido una vida tan acomodada como la suya, pero no esperaba encontrarse con algo así.
El apartamento era casi tan grande como su taller, tal vez un poco más grande.
Había un baño y una cocina , que al lado de la sala principal parecían aún más pequeñas.

¿Aquí vivía el gran Capitán América? - pensó Tony anonadado

- Sé que no es gran cosa, y menos comparado con tu casa - dijo Steve cabizbajo - Pero este fue mi hogar

- No está tan mal..... - mintió - Solo está algo..... desordenado

Aquello era cierto. En el suelo había varios papeles esparcidos por toda la sala, junto a un montón de pinceles y lápices de dibujo.
Pero de entre todos aquellos papeles, uno llamó especialmente la atención del millonario.
Se trataba de una orden de desahucio.

-¿Rogers, y esto? - preguntó mostrándole la hoja al rubio

Éste rápidamente se la arrebató de las manos y le miró de forma inquisitiva.
Odiaba cuando Stark metía sus narices en asuntos ajenos.

- ¿Tan mal estabas? - preguntó el moreno con una incómoda mueca

- Tenía 18 años, no tenía la fuerza suficiente para trabajar en una fábrica ni el dinero para estudiar una carrera - dijo en defensa propia - Al menos conseguí entrar en el ejército

Steve hizo una pelota con aquella hoja de papel y la tiró a la basura.

- ¿Cuándo dejaste de vivir aquí? - preguntó Tony

- Cuando me convertí en el Capitán América - respondió mientras recogía un poco la sala para que estuviera un poco más ordenado - Entonces viajaba de estado en estado para dar aquellos ridículos espectáculos

Tony asintió mientras le ayudaba a recoger.
En pocos minutos consiguieron que aquel apartamento estuviera algo más habitable.
El rubio le hizo una seña con la cabeza para que le siguiera, hasta llegar a una pequeña habitación que estaba junto al baño.

- No es precisamente grande pero dijiste que te valía cualquier cosa - dijo Steve - Si necesitas algo yo dormiré en el sofá

Antes de que el rubio saliera de la habitación Tony agarró su muñeca.

-¿Por qué me dejas tu habitación? Puedo dormir yo en el sofá - dijo Tony - con Pepper he tenido que hacerlo en varias ocasiones

¿Por qué tenía que mencionarla en aquel momento?. pensó Steve

- Eres mi invitado, es simple educación - contestó el otro

- Tú y tus ridículos modales...

-Tony, no pienso discutir contigo de nuevo, de acuerdo? Estamos aquí por tu culpa así que al menos callate durante lo que queda de día

Tony quiso contestar pero fue interrumpido de nuevo por el capitán.