Day seven

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El director les retó diciendo que era imposible de creer que dos hombres hechos y derechos se pusieran a besarse en pleno corredor y peor aún pelearse luego de ser descubiertos, en vez de arrepentirse y pedir perdón. Luego de eso, les dijo de la A a la Z, que es mejor no repetirlo en estas tristes palabras, la conclusión fue que les iba a decir su castigo al final del día.

Min Yoongi está enojado, mejor dicho, está emputado, no puede creer cómo perdió toda su dignidad solo por qué le toquetearon un poco, es que es imposible de creer cómo está tan caliente por alguien que no sabe ni cómo amarrarse las agujetas de su zapato, por otro lado, Kim Taehyung se encuentra dichoso, recordando los dulces labios que pudo al final besar en ese día, también como es un pervertido de primera se acuerda de cuán apretada se encontraba la entrada del pálido que lo hace suspirar como idiota.

—Bueno yo ya me voy—dice el más bajo alejándose del otro, que no pierde la oportunidad y lo toma de la cintura, atrayéndolo a su cuerpo. Se quedan parados por un momento, Yoongi siente los latidos erráticos del más alto, sus mejillas se sonrojan al escuchar más detenidamente los latidos, Kim le reparte tiernos y dulces besos por el cuello, haciéndolo gemir instantáneamente, Yoongi se lamenta ser tan sensible cuando el otro le toca, pero no puede evitarlo, es como si el moreno supiera exactamente dónde tocarlo y lo hace jodidamente bien.

Pero la cara de la persona que le roba suspiros aparece en su mente, ¿por qué cuando está con Kim se olvida de él? ¿por qué? ¿acaso él tiene algún truco que lo haga pensar solo en sus lindos obres castaños?

—Ya debo irme—Yoongi susurra bajito, pero Tae no quiere soltarlo, como por arte de magia el pálido no siente fastidio al ver ese gesto, más bien, le resulta tierno, tanto así que le da un beso en la comisura de sus labios—. Nos vemos luego—las manos ajenas palmean su trasero, pinchando una nalga en tono de broma, el molestado le rueda los ojos y como puede se suelta del amarre.

—Creo que con el show que montamos a medio mundo le quedo claro que somos novios.—el pálido abre sus ojos en demasía, sin poder creérselo ¿todo eso fue un show? Que pendejo, que pendejo, él creyendo que a Tae le gustaba, que pendejo. Lo único rescatable es que su plan está yendo bien, y aunque no le gustó para nada su plan perverso, debe admitirlo es un jodido genio.

—La próxima vez avisa, imbécil—dice sin verlo en tono ácido—. Casi me desvirgas hoy—coloca su mano en el pomo de la puerta de su salón, el otro coloca su cabeza en el agujero entre su cabeza y hombro, parece una garrapata, piensa Yoongi, pero sonriendo.

—Ese era el plan, duh.—se vira para ver la cara sonriente del moreno.

—Eres un pendejo ¿lo sabías?

—Si te gustan las pendejadas, entonces te voy a fascinar—Kim le responde sin dejar de observar como el otro se relame los labios enojado.

—Para mi suerte solo me gusta alguien y no es un pendejo.

—¿Tú crees?—se ríe con sorna—. Él es el más pendejo de todos, duh, por esos somos amigos bruh.

Yoongi se vira para entrar dejándolo con la palabra en la boca. Y en vez de hacer su entrada triunfal como esperaba, la profesora de Literatura, le da un severo golpe en la cabeza con su regla por llegar tarde.

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—Ay—se queja viendo como el más alto se burla desde la puerta—. Ya vas a ver, pendejo.

—¡No digas malas palabras!—grita la profesora amenazandolo con tirarle un lápiz. Yoongi solo asiente, encogiéndose en su asiento, mientras copia la pizarra.

BirthdayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora