Day nineteen

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好きと言わせたい won't you kiss?

Amo este track

—Tú me dejaste caer.

—Pero ella me levantó.

Habían terminado de comer en un restaurante lujoso porque los padres de Tae enterados del nuevo novio de su hijo, habían hecho de todo lo posible para que tuvieran una cita cinco estrellas en el hotel Hilton Colon.

Los encargados del restaurante habían puesto unas rolas de reggaeton contagiando el ambiente, haciendo que nuestros dos protagonistas se les ocurriera... lo más inteligente en esta cuestión... emborracharse... con vino rosé.

—Llámale poca mujer—completa la canción, sintiendo su cuerpo tambalearse, Taetae lo sostiene desde atrás, sonriendo como estúpido porque también se siente mareado, la gente del hotel los observan raro, no les gusta como están tan juntos, sus prejuicios salen a la luz, porque en un país tercermundista como Ecuador, amar a alguien que sea de tu mismo género es más importante que la corrupción.

—Pero ella me levantó—los dos tambaleándose se dirigen entre risas y besos rápidos hacia la habitación designada.

En el elevador se reparten besos sedientos de toque, se acarician desesperados por tirar todo esa ropa por los suelos, sus seres palpitan, necesitados de amor, sus piernas se debilitan por no poder resistir toda la pasión que sus cuerpos tienen.

Yoongi casi le muerde el labio inferior al castaño por sus manos traviesas que se mueven como desquiciados por su cintura, el más alto solo sonríe al ver el ceño fruncido de su amado.

Llegan al cuarto, el pálido rodea la cintura de Tae con sus piernas, Kim lo agarra con delicadeza, teniendo miedo que se le caiga como cuando se le cayó el jarrón valioso de su tío a los cuatro años, sacudiendo su cabeza de esos tristes recuerdos, lo pone delicadamente en la cama, sonriendo como si se fuera a devorar una pizza, se abalanza sobre el otro besándolo con tanta desesperación que el más bajo ni puede seguirle el ritmo.

Y esa noche, a un día del cumpleaños, una pareja bien extraña a su manera, donde el más pequeño insulta todo el tiempo a su querido novio, el otro tiene gustos extraños que comprometen su salud, en un país que aún no están listos para aceptar a todos como son, yace una linda unión entre dos almas que al conocerse mejor se dieron cuenta que se amaban, siendo testigos solo las estrellas del cielo.

Y esa noche, a un día del cumpleaños, una pareja bien extraña a su manera, donde el más pequeño insulta todo el tiempo a su querido novio, el otro tiene gustos extraños que comprometen su salud, en un país que aún no están listos para aceptar a to...

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En la mañana...

Como faltaba solo un día para fuera el cumpleaños de Yoongi, Tae decide llevarlo a la feria, un lugar cliché donde espera meterle mano o sacarse una linda selfie para sacar pica a los envidiosos que no creyeron en él cuando les dijo que el pálido iba a ser su chikistrikis.

—Tae ¿estás bien?—pregunta su novio viéndolo sonreír como maniático. A veces el más pequeños se pregunta si fue buena idea, pedirle que sea su novio o mejor pudo haber aprovechado el bug con Jungkook.

—Sí, mi amorcito—responde sonriendo con su clásica sonrisa cuadrada, que hace que el otro se sonroje de inmediato, Tae al ver eso, le jala de las mejillas mientras le da besitos.

Creo que ya entiendo porque me gusta este tipo.

Piensa Yoongi dándole un manotazo en la cara para que deje de joderlo.

—¡Hola jotos! ¿Cómo está su día?—dice Hoseok saludando a la pareja con su típica gran sonrisa que le llega hasta las orejas, los aludidos se lo quedan viendo, sospechosos, achinando sus ojitos.

—J-Hope—dice cariñosamente su mejor amigo—¿Volviste a consumir esos hongos?—Min le cuestiona arqueando sus cejas—. Te dije que te hacen mal, pendejo.

—¿Yo?—se señala hipando—Nada que ver, mi querido lil meow meow.

El parecido a gato se acerca al otro, olisqueando su cuello, bufando decepcionado, palmea la maleta que trajo, le arrancha la misma aunque el otro se esté quejando y casi le muerda la mano, vacía toda la maleta en plena calle hasta ver unos hongos cayendo al piso.

—¿Y estos hongos?

Su mejor amigo le mira con ojos suplicantes, llenos de disculpa, el otro se muerde el labio, controlando sus ganas de golpearlo porque ve que hay chicos de su curso por ahí, y no quiere que su máscara de niño dulce caiga, luego del accidente con su novio, ya no desea que lo miren raro.

—Bota los hongos y tienes mi perdón—el pelirrojo le mira alegre, vuelve a poner sus cosas en su lugar, bota los hongos y se pone su maleta en el hombro.

—¿Esos hongos es lo que le hacen feliz?—inquiere Tae que se había quedado apartado para que los amigos arreglaran el problema solos.

—Claro—asiente—¿Crees que existen personas que puedan ser felices 24/7?—Yoongi pregunta dejando helado al otro.

—Yo pensaba que sí.

—Los hongos me ayudan a superar los malos momentos—Hoseok agrega manteniendo su típica sonrisa, mientras agarra un cigarrillo y se lo pone en la boca—Es eso o la depresión, amigo.

Antes que Taehyung agregue algo, el jikook se asoma sonriendo y jugando por las calles hasta llegar a donde están los demás. Jungkook no deja de ver a Yoongi que le recibe con una sonrisa, por primera vez el castaño no se siente celoso al ver las sonrisas que se intercambian, Jimin ni se quiere meter en problemas amorosos así que se tira encima del pelirrojo que había salvado un hongo y se proponía comerselo, pero al tener al pelirosa encima, hace que se le caiga al suelo, llorando mientras mira mal al de mejillas abultadas, el culpable de los hongos abre sus ojos, disculpándose con Hoseok que llora a su hongo caído.

Por otro lado, los tres jotos han avanzado un poco hacia la feria, sonriendo entre ellos, pero en el corazón del menor de los demás, ha nacido un pensamiento que quiere decirlo, aunque le duele demasiado decirlo, siente que es tiempo o se va a volver loco.

—Yoongi—lo llama, el aludido se vira sonriendo con su típica gummy smile, haciendo esto más difícil para Jungkook—debo decirte algo...

BirthdayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora