Birthday

Day seventeen

Amo material girl, es mi himno uwu

En Guayaquil, los bares peligrosos se encuentran en un cerro llamado el cerro santa Ana, por lo tanto el taegi enojados y con muchas ganas de darse besitos profundos, sin embargo, dejaron todas sus ganas reprimidas por pasar juntos, por ayudar al pendejo de Jungkook.

Yoongi lo entiende, su corazón late velozmente porque se siente aun culpable por no poder corresponder sus sentimientos y se siente un poco desconfiado porque no está seguro de cuáles son sus verdaderos afectos por el más alto, porque se llevan viendo hace años, pero solo en estas semanas se han conocido de verdad, y ya siente a su cuerpo reaccionar hacia él como si nunca hubiera visto a un chico guapo antes.

Escalan las numerosas escaleras que los guían hasta los variados bares, descansan un poco sus piernas, siguen caminando hasta llegar al bar que les dijo el de mejillas regordetas, Kim revisa su celular para comprobar, Min se sostiene en su hombro para no desfallecer de cansancio, se saca los zapatos sin dejar de agarrarse, se soba como puede sus deditos, lanzando miradas mordaces a las personas que lo observan con malas intenciones.

—Cosita hermosa, es aquí—dice señalando un local de mala espina que tiene un cartel que dice: "Spring breeze" , por afuera se puede ver a muchas personas haciendo un círculo a un hombre gritando incoherencias, Tae agarra de la mano al pálido, los dos lentamente se dirigen a la puerta, sin embargo, una voz conocida, les hace retroceder, los dos intercambian miradas asustadas al reconocer al moreno que anda gritando y llorando con una botella en la mano, en el centro de una multitud que solo se ríe o pasa de largo.

Yoongi se suelta del agarre de su no novio, para ir a ayudar a su ex-crush, porque aunque ya no sienta lo mismo, los recuerdos de cómo lo observaba de lejos, esperando ser lo suficientemente valiente cómo para hablarle como cuando eran jóvenes, cuando todo era más fácil, cuando todo era divertido y no había problemas graves.

—Kookie—su lengua prueba el sabor de la nostalgia, cuando lo llamaba de esa manera para pedirle que le ayudará con su tarea—¿estás bien?—pregunta viendo los ojos vacíos del otro.

—No lo estoy—tartamudea, acariciando la mejilla derecha ajena—. No lo estoy—repite, le brinda una mirada significativa desde su cara destruida—. Estoy bien—corrige, sorbiéndose los mocos, sus manos restan la importancia al asunto, pero su voz suena destruida—. Solo me siento mal que ya no me quieras.

Min resopla, notando como unas pequeñas lágrimas surgen de sus ojos, se las seca rápidamente.

—Yo...—y antes de poder disculparse por enésima vez, unos suaves labios lo callan, sorprendido alza sus manos para acariciar el pelo, pensando que es su no novio, sin embargo, cuando unos rulos tocan sus dedos, se sorprende, porque no es quién su mente buscaba, sino alguien muy diferente, alguien que su corazón había estado esperando hace mucho tiempo y cuando por fin el ansiado encuentro se da, le corresponde el beso, escucha un chirrido de dientes, el corazón salta de su cuerpo, no obstante, todos los recuerdos reprimidos por su amor juvenil lo traicionan, derritiéndose encima de un cuerpo ajeno, siendo sostenido como si fuera una figura de cristal, delicado y precioso.

El beso se termina, Yoongi se queda en blanco, su ex- crush cae al piso desmayado, nadie lo ayuda, Kim Taehyung enojado, pero controlando su estado de humor, agarra su muñeca y lo vira hacia él.

—¿Por qué lo hiciste?—el corazón del pálido siente un revuelco, se muerde los labios, nervioso.

—Lo hice porque quería darle fin a nuestra historia—confiesa, viendo sus pies. No es nada fácil decirlo en voz alta, sin embargo, un nuevo sentimiento le explota en el pecho, orgullo de poder superar su antiguo amor.

—¿Estás seguro?

—¿Quieres que lo pruebe?—dice con una sonrisa ladina.

Tae entiende su gesto, los dos unen sus bocas en un beso suave e intenso, lleno de viejos recuerdos y nuevos comienzos.

—Gracias por darme una oportunidad—dice el castaño entre besos.

—Aunque me duele decirlo—admite el pálido, inclinando su cuello en una señal de invitación—de nada.

Los dos sin dejar de besarse, arrastran a Jungkook hacia el departamento de Yoongi, entre risas y risas, pegar sin querer a la cabeza del moreno, terminan llegando salvo y sanos a la habitación.

Jungkook sabía, dos cosas, la primera era que Tae, su mejor amigo, era un pendejo... porque nadie en sus cinco sentidos se atreve a comer un pedazo de pizza de la basura ¿entendido? Y segundo que Yoongi, su crush, era el ser más bueno y hermoso que hubiera visto en toda su vida.

Por eso cuando se despierta y ve a un semidesnudo Min a lado de él, se sorprende tanto que cae al piso, se soba la cabeza, ahogando un gemido lastimero, se incorpora para ver mejor al escena, sus ojos captan el brazo del castaño alrededor de la cintura del más pequeño, se frota las retinas, su corazón latiendo velozmente, sus piernas se mueven solas, terminando acostado a lado del amor de su vida, con el acopio de toda su energía, le brinda un beso en la nariz, que hace despertar al pelimenta, se le queda viendo por unos minutos, los dos cruzan miradas, deteniéndose en el color ajeno, y Min solo sonríe, y Jungkook con todo el dolor en su corazón le devuelve la sonrisa.

—No me tengas miedo.

—Lo siento... yo... solo amanecí aquí y...—el pálido le coloca un dedo en su boca, haciéndolo callar.

—Lo sé—se ríe, enamorando más al moreno que se pincha las manos para no comerle los labios—. Nosotros te dejamos aquí... solo disfruta.

—¿Te puedo besar?—las palabras lo traicionan, recibe un golpe, alza la mirada y ve como su mejor amigo besuquea en el cuello del pálido.

—No seas atrevido, Jeon.—le advierte el de pelos castaños, el pelimenta solo bufa por debajo, volviendo a cerrar los ojos, los mejores amigos solo se miran por unos minutos, hasta volver a las manos de Morfeo o en su caso, dormir en los brazos de la persona más tierna del mundo.