Capítulo 13

937 152 35
                                    

 "Yo me ocuparé de ti."

Las palabras de Hyukjae podrían concebirse como un consuelo o una amenaza. En el caso de Donghae, la comodidad que sentía al escuchar esas palabras, era la amenaza. Hyukjae no debería hacerlo sentir bien y cuidado. Había jurado que si alguna vez abría la escotilla bajo las órdenes de Hyukjae, renunciaría, pero no lo hizo.

Pasó el sábado y domingo acostado en la cama y luego recostado en el sofá. No se molestó en vestirse adecuadamente, solo eligió unos jeans desgastados y una camiseta manchada.

Sooyeon gimió por el teléfono cuando le dijo que no iría a la cafetería como de costumbre. Él no le contó sobre el golpe en la nariz, ya que sabía que ella vendría y pediría todos los detalles. El sábado había estado lo suficientememte adolorido como para que le lloraran los ojos, pero para el domingo podía respirar por la nariz nuevamente, y cuando estornudó ya no había sangre. Solo se veía horrible. La carne azul debajo de sus ojos no le dolía, pero estaba hinchada y por todas las partes a donde miraba podía ver una mancha borrosa en el fondo de su visión.

Los dos días lejos de Yodox fueron la única oportunidad para Donghae de recuperar la cabeza después de que Hyukjae hubiera pasado cinco días jugando con él. Tenía que alejarse nadando lo más rápido que pudiera, estirar la línea para poner tanta distancia entre el cazador y la presa. Donghae parpadeó al darse cuenta que había un programa de pesca en la televisión. Cambió rápidamente el canal y se acomodó en el sofá para ver a las mujeres pelear y los hombres enjabonarse en un bronceado falso.

A las seis de la tarde, hubo un golpe en la puerta principal. Donghae lo ignoró y continuó descansando en el sofá, luchó por mantener los ojos abiertos y el cerebro enfocado en la televisión, pero la puerta fue golpeada de nuevo. Donghae gimió, luego se obligó a sentarse.

"¡Ya voy!" gritó, poniéndose de pie.

Abrió la puerta y se encogió de hombros ante el hombre del otro lado. Estaba vestido de verde, con su furgoneta de reparto, verde también, detrás de él. Tanto el uniforme como la camioneta tenían el logotipo de un supermercado caro, y la etiqueta pegada en el pecho del hombre tenía el nombre de Jiyong impreso en letras blancas.

"Tengo una entrega de compras para ti".

Levantó una bolsa y Donghae la miró con recelo. "No he ordenado nada".

Jiyong agitó su mano despectivamente. "Sí, dijo que era una sorpresa, todo pagado. Solo tienes que firmar."

Donghae se cruzó de brazos y frunció el ceño ante la bolsa de compras. "No estoy seguro-"

"Sólo tómalo."

La furgoneta retumbó detrás de Jiyong, preparada para irse lo antes posible.

Donghae suspiró y levantó la barbilla. "Está bien."

Tomó la bolsa y la colocó en el piso dentro de la casa.

Jiyong sacó su teléfono y tocó la pantalla para que Donghae garabateara su firma.

"Gracias, parece que lo necesitas", dijo Jiyong, luego se dió una media vuelta y caminó de regreso a su furiosa furgoneta.

Donghae cerró la puerta, frunciendo el ceño, luego miró dentro de la bolsa. Solo había dos artículos: una bolsa de hielo y una botella de líquido ámbar. Donghae sacó la bebida y la nota adhesiva pegada a la tapa de la botella. No era la letra fina y fluida de una mujer, sino la letra desordenada de alguien como Jiyong.

"Si vamos a beber juntos, familiarízate con las cosas buenas".

Un whisky escocés de malta, de diez años. La escritura en la etiqueta era elegante y rizada, y la botella parecía más cara que toda su casa. Donghae buscó en la bolsa algún recibo, pero no había nada. Él sabía que era de Hyukjae, y estudió la parte superior para verificar que su sello no hubiera sido manipulado.

Novato [Eunhae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora