"¿Novato?"
Los párpados de Donghae eran demasiado pesados para abrirlos, pero escuchó una voz y sintió como si tuviera agujas en el rostro. El resto de él se sentía cálido y ligero, y no sabía cual de las dos sensaciones era más peligrosa.
"Necesitas despertar".
Se sentía saciado y seguro, no quería moverse. La sensación en su rostro se transformó en calor, y se dio cuenta de que unas manos ahuecaban sus mejillas, extendiendo el calor y haciéndose más firmes en su toque. Donghae se esforzó por abrir los ojos, y cuando lo hizo, los ojos de Hyukjae lo consumieron. Ya no se veían completamente negros por la lujuria, ni arrugados en los bordes como cuando sonreía. Sus ojos eran amplios y preocupados.
"Te tienes que ir".
Donghae evitó que se formara una sonrisa y en su lugar juntó las cejas. Las palabras de Hyukjae picaron, le partieron la cabeza y le abrieron el corazón. El rechazo, debería haber sabido que se acercaba, pero dolía peor que nunca y era difícil de aceptar. Se ahogó ante la repentina tensión en su garganta y luchó para liberarse de las manos de Hyukjae.
Hyukjae gruñó y arrugó la cara con dolor. "No me mires así. No quiero que te enfades, pero están preguntando por ti".
Donghae no sabía a quién se refería, y se volvió en dirección hacía donde Hyukjae sacudió la barbilla.
En el piso estaba su ropa. Pantalones negros, zapatos negros, corbata negra y camisa blanca con su número de oficial. Estaba en la cama de Hyukjae, dentro de su celda. La realidad de la situación golpeó a Donghae, y él tragó con fuerza.
Hyukjae le frotó el brazo, pero no lo sintió. La camisa en el suelo siseó enojada. Sooman le exigía que contestara su radio, y por el sonido de su voz enojada había estado preguntando por un tiempo.
Donghae levantó las piernas de la cama, solo para tropezar , su cuerpo no estaba cooperando, y su cerebro solo giraba y giraba.
Hyukjae se puso de pie, todavía completamente desnudo y se agarró el pelo mientras sacudía la cabeza. "Mierda", murmuró. "Lo siento."
Donghae lo ignoró, envolvió su uniforme en sus brazos y salió tambaleándose de la celda. La puerta aún estaba abierta, y la cerró en la preocupada cara de Hyukjae.
Agarró la radio y tragó saliva varias veces antes de contestar. "Sí, Sooman. Estoy aquí."
"¿Dónde demonios has estado?"
Donghae parpadeó. Abrió y cerró la boca varias veces antes de poder hablar. "Fui a ver a Hyukjae".
"¿Cuánto tiempo se tarda en hacer eso?"
"Cuando iba de vuelta escuché un ruido, una fuga en una tubería, estaba tratando de averiguar de dónde venía el goteo".
Sooman gruñó. "No eres un maldito fontanero. Simplemente lo tienes que poner en el registro nocturno y mantenimiento lo revisará".
Donghae asintió con la cabeza. "Está bien, voy de regreso".
Soltó el botón y buscó en el montón de ropa sus boxers. Sus manos estaban frenéticas y no podía respirar con calma. Forzó el aire a través de sus labios, pero parecía que nada entraba, o no lo suficiente como para satisfacer a sus pulmones.
"Novato, solo respira".
Donghae se apartó de la puerta de Hyukjae y fue hacia la de Queenie para ponerse la ropa. Se apretó demasiado el cinturón, deslizó los botones de su camisa en los agujeros equivocados y no pudo arreglar su corbata debido a sus temblorosas manos. Sentía la piel pegada a su ropa y un sudor frío que lo hizo estremecerse. Se sentía demasiado caliente, demasiado frío y con picazón por todas partes. Entonces sintió un dolor sordo donde había estado la polla de Hyukjae. Con cada leve movimiento que hacía, lo sentía, no solo estaba sintiendo la presión persistente, sino también la humedad del orgasmo de Hyukjae.