cinco

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Nunca me quejé cuando debía cuidarte.

Porque te quería.

Tú también me querías, o eso me demostraban tus besos con saliva en la mejilla.

Mamá y papá me dijeron que ya era grande, tal vez por eso dejaron de ayudarme como lo hacían antes.

No te culpo, pequeño.

Para el niño de mis ojos© (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora