treinta y nueve

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¿Por qué la vida se escapaba tan rápido? Te juro que si hubiera podido evitar que se derramara de tu cuerpo... lo hubiese hecho sin dudarlo, te hubiese dado MI VIDA.

Pero lo único que pude hacer fue abrazarte, aferrar tu rostro contra mi pecho mientras mamá no reaccionaba.

Las lágrimas caían por mi rostro, un grito se me escapó de la garganta.

Nunca supe el tiempo que estuve aferrando tu cuerpo sin vida. llorando, zarandeando tus hombros, gritando y ciñendo tú torso que se tornaba frío.

La ambulancia llegó junto con los coches de policía. Todos te querían arrebatar de mis brazos, pero no lo permitiría, no de nuevo.

—apártate —pidió un enfermero, negué firmemente con la cabeza.

—niña ya no hay nada que hacer.

—¡ESTÁ MUERTO, YA LO SÉ —clamé.

Entre tu cuerpo, los policías y mi ropa llena de sangre; parecía una escena de asesinato.

—mi amor —mamá tocó mi hombro—, vamos, linda.

Me incorporé despacio. Sé que ella tenía las mismas ganas de llorar, sé que también quería ponerse a gritar en la calle.

Pero sé que quería ser fuerte por mí, por este desastre en el cual se había vuelto mi corazón.

Para el niño de mis ojos© (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora