diecinueve

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Tu quinto cumpleaños llegó, la pasamos entre dulces y falsas sonrisas.

La familia se estaba desmoronando.

Esta vez no era por mi culpa, lo juro.

Cada reproche de mamá, cubrías tus oídos.
Tras cada grito de papá, Te refugiabas bajo la cama.

Mi refugio era colocar música a todo volumen en los auriculares.

Sonará duro, hermano, pero... MMM... parece que hubieras venido sólo para destruirnos.

Para el niño de mis ojos© (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora