Destino y deber

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¿Han sentido como a su vida le falta algo, pero no se sabe que algo es lo que falta? ¿O quizás que alguien te vigila pero no sientes que te hará daño? Bueno, esos somos los fantasmas guardianes. Me llamo Ivy, tengo 584 años, ¿Que?¿No crees que alguien pueda vivir tanto? Pues tienes razón, tengo 584 años de existencia: 15 años de vida, y 568 de muerta. A decir verdad no me molesta el estar muerta, mas bien lo encuentro interesante; quiero decir, pobre de mi que morí a tan corta edad, pero de eso ya pasó mucho tiempo y dejé de lamentarme años atrás. En fin, la historia que les quiero contar es sobre dos chicos, que aprecio con toda mi vida supernatural, y como ellos están juntos a pesar de todo.

Su encuentro fue inusual y especial, el de dos almas que estaban unidas.
Cedric tenia 19 en ese entonces, era un día normal en que yo me encargaba de cuidarlo como siempre y paseábamos por la ciudad; Cedric es un lector, siempre he querido leer de su colección en casa, pero ¡Hey! Soy una fantasma que ha cuidado a su familia desde que murió, eso es mucho más interesante, y como lector no podían faltar las compras de más libros. La librería estaba como siempre no muy llena y sin embargo no muy vacía, caminé a su lado traspasando gabinetes y personas por todo el lugar mientras Cedric juntaba una gran cantidad de libros en una mesa apartada, ya casi terminábamos cuando otro chico un poco mas alto que Cedric pasa y toma un libro de los que estaban apartados en la mesa de Cedric, tuve que aguantarme la risa al ver la cara de incredulidad de Cedric.

-Disculpa - Cedric se acercó al chico por detrás pero el no lo había escuchado- Oye- dijo un poco mas alto.

-¿Si? - dijo el chico cuando Cedric tomó su brazo.

Cedric señaló el libro en manos del extraño.

-Ese libro lo tenía apartado del lugar donde lo tomaste, así que es mío.

-Lo siento, pero tu ya tienes bastantes y este es la última copia del libro en la tienda, creo que es justo que yo lo compre - el chico se dio la vuelta y empezó a caminar mientras nos daba la espalda, pero se de algo que no se debe hacer al tratar con Cedric y eso es meterse con sus libros.

Cedric tomó el resto de sus libros y fue a otra registradora y esperó a que la trabajadora termine de hacer la cuenta.

-Espere por favor - Cedric le dice a la mujer, da la vuelta y llega hasta el desconocido de antes, lo que paso al siguiente momento fue algo que hasta ahora me sigue impresionando, Cedric rodeó al chico y tomó el libro de sus manos y salió corriendo a pagarlo. La mirada de impresión del muchacho era de oro, quise reírme pero tenía que seguir viendo. Cedric sólo pagó por los libros y salió del ligar con una cara triunfante.

Si los vivos pudieran escucharme se habrían cubierto sus oídos por mi risa, Cedric es el único en la historia de la familia que me ha hecho reír tanto. Seguía riendo y cuando me calmé un poco fue cuando pude notar algo que solo me pasó pocas veces en mis 584 años, el chico me estaba viendo, no estaba viendo a la ventana detrás de mi, miraba mis ojos. La impresión me llevó a correr detrás de Cedric y salí de ahí.

Seguimos el camino para la casa de Cedric, el con todos los libros nuevos, quería ayudarlo, desventajas de estar muerta. Pude tranquilizarme lo suficiente como para pensar en el chico de antes, solo me he encontrado con 4 médiums en mi vida y solo uno no me ha hecho daño, no daño físico, si no psicológico. No se si confiar en este nuevo médium, solo espero que entre Cedric y el ya no pase nada.

-¿Pero qué?- sin darme cuenta ya habíamos llegado a casa y Cedric abrió el libro que había ganado, tuve curiosidad y miré a su lado para leer el libro. Ahora ya comprendí el tono de enfado e incredulidad en la voz de Cedric, ahí, en todo el esplendor de una pluma color azul se leía un nombre y un número de teléfono.

"David" y abajo "xxx-xxx-780"

Debí saberlo, algo siempre pasa cuando te encuentras con un médium.

Memorias InquietasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora