16. Una llamada nocturna.

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La rubia miró a la pelirroja, solo pudo disimular que le había creído a Lindsey, a decir verdad era algo difícil de creer.

—¿Quieres que me quedé a dormir hoy contigo? —Lesslie peinó sus cabellos rubios posicionándolos detrás de su oreja—. Tengo miedo de dormír en mi cuarto aún.

—Sí, quédate por favor. Me incómoda dormir sola últimamente —Lindsey recordó de inmediato lo segura que se sentía durmiendo con Holder. Quizá se estaba acostumbrando a esa sensación.

—Está bien, iré a hacer mi rutina de skincare y a buscar mis cosas.

—¿No te da miedo entrar sola a tu cuarto?

Lesslie acarició las mejillas de la pelirroja—. La verdad me incómoda un poco estar sola por todas partes de la casa, pero la ouija nos lo dijo, es Megan. Siento que esa chica tiene algo que decirnos y no nos quiere espantar. Además tontita, necesito mis cosas, ya estoy sintiendo que está no es mi casa.

—Sí, me siento igual que tú cariño —Lindsey tomó la mano de Lesslie y comenzó a acariciarla con sus uñas rojas—. Vé has lo que tengas que hacer mientras tanto yo también haré mi rutina de noche, necesito darme este tiempito.

Lesslie salió de la habitación de Lindsey cerrando delicadamente la puerta, al salir decidió bajar e ir por un vaso de leche. Al estar ya en el piso de abajo se encontró con la señora Claudita la cuál le dijo que necesitaba hablar con ella y las demás.

—Dígame lo que necesita, las chicas están acostadas. Si desea yo la puedo escuchar atentamente y le puedo decir a Madison y Lindsey lo que necesita hablar —dijo Lesslie con amabilidad pura.

—No sé que está pasando señorita, me siento observada cada noche, hoy en la tarde estaba cocinando la lasaña que tanto le gusta a la señorita Madison, y cuando prendí la cocina se prendieron los otros 5 compartimientos, también me ha pasado que en sus cuartos se escuchan ruidos cuando ustedes están en la preparatoria —la mujer ya de edad hizo una pausa para beber un vaso de agua—. Sé que llevo tres años trabajando para ustedes, y se han convertido en unas hijas para mí, pero la verdad es que me está dando miedo vivir aquí.

Lesslie acarició la mejilla de la mujer—. Claudita, te has  convertido en una madre para nosotras y lo sabes, estás más presente y más atenta que nuestros propios padres, ¿Sabes? También tengo miedo, ¿Recuerdas la chica que fue encontrada en el entretecho de mi cuarto? Bueno, sabes que Lindsey siempre ha sido una chica a la que le gusta la brujería, es la más sabia de todas nosotras, incluso más que todas juntas. Ella se contacto con la presencia que te está pidiendo ayuda. Sí está pidiendo ayuda, al menos eso siento yo. Pero esa presencia es Megan la misma chica que murió en mi cuarto.

—Esto parece salido de una película de terror —la mujer se tomó el rostro con sus dos manos—. ¿Qué debo hacer entonces pequeña?

—Dejanos esto a las chicas y a mí, solo despreocúpate y por favor, no nos dejes  —la rubia se paró del asiento en el que se había sentado—. Debo irme a la cama, descanse y mañana tiene el día libre vaya a ver a sus hijos, disfruté del día de mañana.

—Está bien —la mujer depósito un tierno beso en la frente de la rubia—. Muchas gracias y que descanse.

Ya era al rededor de las doce de la noche, al parecer a Lesslie se le había ido bastante rato conversando con la señora Claudita. Entró a su cuarto, cuando ya estaba dentro no pudo evitar sentirse nerviosa, camino hasta su clóset y sacó una pijama y se dirigió a su baño, prendió su jacuzzi y se metió dentro.

Dejó que las burbujas y espuma acaricien y besen su cuerpo, se comenzó a sentir tan relajada dentro del jacuzzi que estuvo aproximadamente media hora dentro de él, salió y sé vistió con su pijama de seda. Comenzó a lavar suavemente su rostro y se percató que nuevamente tenía nuevos granitos en su piel, al parecer ya no eran granitos pequeños ahora eran más grandes y estaban todos posicionados en diferentes zonas. La rubia decidió no estresarse más y decidió irse rumbo a la cama de Lindsey, sin antes ir a ver qué hacía Madison.

Peligro, zorras acercándoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora