Capítulo 2

12 1 0
                                    

- ¡Matt! ¿Cómo estás? Soy la hermana de Marcos- dijo con su característica efusividad

- Hola!, perdón la demora, es que no encontraba parking- dijo, con un acento marcado

- No te preocupes, en esta zona es difícil estacionar, mi hermano te lo tendría que haber dicho- Dijo con tono neutro- déjame presentarte a mi mejor amiga, Cata.

El chico, Matt, se acercó a saludarme con un beso en el cachete.

- Un gusto, soy Matt- wow, que linda voz, pensé

- Cata- literal. Eso fue lo único que salió de mi boca. Mis neuronas decidieron apagarse justo en este momento.

- Que les parece si vamos entrando, los chicos ya deben estar por pedir algo para tomar.

Magui fue la primera en entrar, luego seguiría Matt, sin embargo, me cedió el paso, no solo es lindo y tiene una voz increíble, también es caballero.

Cuando vi a los chicos me apuré a saludarlos, en ese momento me di cuenta que en serio habían pasado los días y yo no había tenido ni siquiera unas horas para verlos.

- Matt, que bueno que encontraste el lugar! Justo estaba por escribirte si estabas llegando- Dijo Marcos, mientras lo saludaba con un abrazo. Al igual que saludo al resto del grupo, así que los conocía...

- Eh sí, es que no había parking, todavía no conozco muy bien las zonas.

- Me imagino, esta zona siempre está bastante llena- Dijo, mientras se acercaba a saludarme- ¡Cata! Qué bueno verte, no creía que ibas a poder llegar a tiempo.

- Llegué justo, salí de la universidad y me vine directo para lo de mis viejos. – Justo cuando termine de hablar titilaron las luces, pero no por nada extraño, el lugar hace esto para informar que el show está por comenzar.

Decidí sentarme junto a Magui, y justo al lado mío, se sentó Matt.

Se apagaron las luces por completo y de golpe se prendieron, mostrando la figura de Marco junto con su banda.

Dieron la bienvenida e informaron que comenzarían con Otra Piel, de Gustavo Cerati, excelente elección, es una de mis favoritas, siempre suena en la galería. Ese es uno de los privilegios de estar con la computadora central, elijo que música poner.

Durante el recital, Maca, una de las chicas del grupo además novia de Marcos, sugirió que vallamos a comer algo. Me encantó la idea, sacando cuentas mentales el único alimento había sido el almuerzo y digamos que tampoco fue gran cosa, comí una fajita de pollo con jugo de naranja. Y después unas galletitas que comí con mi mamá.

-Pueden ir adelantándose si quieren, nosotros todavía tenemos que guardar algunas cosas- Dijo Marcos, una vez terminado el recital.

Por decisión de Magui nos fuimos junto a ella, Lucas, Maca y Matt en la camioneta de este último, tenía una Jeep, de las nuevas, de esas que si las queres comprar tenes que vender un riñón en cada cuota. Debe de tener un buen trabajo, es jun comentario muy de vieja, ¿no?

Yo no es que ganaba poco además algunas veces vendía las obras que hacía, mi mejor mercado era Instagram, tenía algunos seguidores a los que les gustaba mi arte, pero entre el departamento, los materiales para mis pinturas, los servicios como la luz o el internet no quedaba mucho como para comprarme un auto. Además, en capital es bastante difícil tener auto, mucho tráfico, hay que pagar estacionamiento y toooodo eso. Por eso déjenme en mi bicicleta, con mis caminatas y con el subte. Todavía le debo la primera multa que me hicieron en el auto, era en una de las primeras semanas que me había ido a vivir sola, mi papa me había prestado su auto para traer algunas cosas como ropa y demás. En eso me olvide de ponerle el parquímetro y ahí fue el fin, cuando baje para correrlo ya la multa estaba pegada en el vidrio.

Colores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora