No era como si sus padres fueran las personas más mentirosas del mundo, es decir, todo lo contrario, mas bien, su sinceridad siempre le había dolido, por lo que no temía que los reyes vayan a ocultarle el secreto del que habían hablado a escondidas; sólo era cuestión de esperar a que se animaran cuanto antes.
Mientras pensaba en ello, recordó que la estadía de Namjoon en el palacio estaba llegando a su fin, lo cual era una verdadera pena, pero le calmó saber que su próximo destino sería el reino Hwang, por lo que tenía la oportunidad de enviarle un mensaje a Hyunjin de su parte.
"¿Tal vez un «lo siento» o un «te extraño»?"
Removió ese tipo de pensamientos en cuanto sintió el leve codazo de su madre en el brazo. Se dio cuenta que una señorita de flequillo y sonrisa encantadora le había hecho una reverencia como saludo y se sintió maleducado.
— Oh, hola. — saludó sin pensar. — Es un gusto. — agregó incómodo.
Había olvidado por completo, por unos segundos, que estaba entre los ciudadanos junto con su madre, la cual le miraba con desaprobación. Debía concentrarse en lo que estaba haciendo y cumplir con su meta del porqué estaba ahí.
— Es un verdadero honor tenerlo aquí, alteza. — habló la mujer alta y delgada. — Espero que las presentaciones que verá hoy sean de su agrado.
— Por supuesto. Estoy seguro de que será así. — contestó lo más cortés posible.
La verdad era que en un principio se había negado en ir, pero su madre fue insistente, y sin que se dé cuenta, ya estaba junto a ella en el auto, rumbo a la preparación del proyecto que había iniciado hace un mes o tal vez dos.
A ambos los llevaron a la primera fila. Fueron atendidos de la mejor forma por el equipo de la señorita amable que llevaba por nombre Lisa. En realidad Seungmin no estaba muy interesado en el baile, ni en las presentaciones, ni siquiera en la música, o por lo menos nunca había intentado acercarse al arte (aunque, claro está que le gustaba cantar mientras se bañaba). Sin embargo, quería complacer a la reina, estando ahí sentado, observando a los distintos bailarines y bailarinas con su puesta en escena.
— A continuación, tengo el placer de presentarles a una de las alumnas de quien estoy muy orgullosa por su pasión y trabajo con el arte. Majestades, ella es Chaeryeong. — anunció con voz clara y alta la última presentación.
Seungmin la recordó casi al instante con sólo escuchar su nombre. Por supuesto. Era la niña con quien había compartido parte de su vida . . . Su primera amiga. La primera persona que le había importado y a quien había lastimado.
Ella no parecía estar nerviosa, pero cuando sus miradas chocaron, algo parecía haber aparecido, como un recuerdo en común . . . O como un sentimiento amargo confuso. Seungmin recordó entonces que las cosas con ella habían terminado de la peor forma.
La canción comenzó a sonar y ella inició su baile. Debía admitir que eso era lo suyo, definitivamente tenía talento y el príncipe se arrepintió por no haber luchado por su amistad cuando tuvo la oportunidad.
Ya era tarde, o al menos eso creía Seungmin.
"Nunca volveré a tener excusa para acercarme a ella" . . . Pero en ese mundo todo era posible.
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S T R A Y : 𝒌𝒊𝒏𝒈𝒔
Fanfic«Renunciar a ser niños, renunciar a ser príncipes, y afrontar ser reyes a los veinte años no era fácil; y mucho menos si aún no resolvían sus problemas amorosos, ni protegían al mundo con sus poderes . . . La última y definitiva batalla se acercaba...