Capítulo V La directora de mi colegio

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Estúpido diario como te conté, mi plan era visitar a Yewon a la casa de sus abuelos y regalarle algo como agradecimiento por su amistad, pero las cosas no sucedieron como imaginaba.

En un principio quería regalarle un pastel hecho por mí, pero después de tres intentos fallidos en donde por poco incendio la casa, mi mamá me prohibió entrar a la cocina. 

Después de pensarlo un rato le compre galletas de una tienda y las envolví en otra bolsa para que pareciera que yo las había hecho.

Una vez frente a la casa de sus abuelos con la bolsa de galletas, toque el timbre y me sorprendió ver a ambos salir con prisa, se alegraron por verme pero dijeron que tenían que irse rápido pues se les hacía tarde, luego de señalarme el cuarto de Yewon, ellos se despidieron de mí y se fueron.

Llame al lugar que ambos señores me indicaron pero nadie me respondió, así que abrí la puerta y vi a una chica de espaldas a mí, sentada en su escritorio con los audífonos puestos cantando.

—Me gustas tú surus tuuru...

—Cantas hermoso —dije cuando aquella chica cantó las últimas notas de la canción y se quitaba los audífonos.

— ¡Ahhh! — Yewon grito por la impresión lo que me asustó asiendo que se me cayeran las galletas y se esparcieran por su cuarto.

—Diablos... —murmure mientras me agachaba a recoger los restos de mi regalo.

Ella se acercó a mí y me ayudo.

—Yuna... ¿qué haces aquí? —preguntó sorprendida.

—Lo lamento, quise venir a darte un regalo pero parece que lo arruine —mencioné viendo los restos de galletas ya puestos en su bolsa.

—Oh... ¿las galletas las hiciste para mí? — yo solo asentí, evitando su mirada.

—Perdón Yuna, pero me asustaste.

—No te disculpes, la que se metió a tu cuarto como si fuera ladrón fui yo —Ella se rió y algo dudosa me preguntó si quería ir a su cafetería favorita, compensando el incidente en su habitación, yo acepte.

—Entonces...

—Entonces... —dije siguiéndole el juego mientras caminábamos a la cafetería.

—No me malinterpretes, me gusta tú compañía pero ¿a qué se debe tu visita? —me preguntó sonriendo.

—Ya te dije, te quería dar un regalo.

— ¿Y eso?

Estúpido diario, Yewon es demasiado curiosa. Suspiré y le confesé.

—Pues... me alegró de que seas mi amiga, en realidad mi única. Eres una persona muy buena, para ti no debe ser difícil tener cientos de amigos y a pesar de eso decidiste ser mi amiga, eso es algo que no lo entiendo pero aun así quería agradecértelo. Todo el salón piensa que soy odiosa, entonces creí que un regalo era lo mínimo que merecías por soportarme.

—Tú no eres odiosa, tu eres linda —respondió mirándome fijamente.

Me sonroje al instante y después de caer en cuenta de lo que dijo, Yewon tenía la cara completamente roja, pero antes de que yo pudiera decir algo ella señaló detrás de mí.

— ¡Mira Yuna!... Que coincidencia... encontrar flores tan bonitas ¿no crees? —respondió nerviosa.

Ella señaló unos pequeños arbustos con flores de color purpura y verde, la verdad estaban feas.

—Claro, las flores están muy lindas —tomé algunas y estiré mi mano para dárselas.

— ¿Qué haces? —Dijo alarmada— ¡Esas flores son venenosas!

Lo que siguió fue que grité como loca, tiré las flores con la esperanza de no morirme y mientras rezaba por mi vida haciéndome bolita en el suelo, Yewon soltó una gran carcajada.

— ¡Debiste ver tú cara, no sabía que eras tan inocente!

Y mientras a ella le daba un ataque, caí en cuenta que esa niña había jugado conmigo.

—Sí claro, muy gracioso Yewon, ya verás —agarre unas cuantas flores y la perseguí, ella corrió intentando huir de mí pero yo era más rápida y la envolví en un abrazo cuando la atrape.

—Así está mejor —dije mientras ponía las flores en su cabello. Ella sonrío y después nos separamos para seguir nuestro camino a la cafetería.

En aquel lugar pedimos café, comimos algunos postres, platicamos sobre la escuela y pasamos un rato agradable hasta que después de estar ahí por tres horas, Yewon recibió una llamada que indicaba la hora de regresar a casa.

—Fue agradable estar contigo hoy, gracias por este día —le dije mientras miraba al suelo con pena.

—Yuna... —me tomó la mano— Yo también te agradezco por este día y por juntarte conmigo en los descansos. La verdad yo no soy agradable como piensas, los chicos del salón solo me hablaron cuando me vieron llegar en aquel carro a la escuela. Tú fuiste diferente, me ayudaste sin pedírtelo y sin esperar nada a cambio. Lo que dicen de ti tampoco es cierto, al contrario, tú eres una gran amiga y me alegro de que también seas mi única...

Cuando Yewon dijo eso, me perdí por completo en su rostro, tenía una mirada tan bella que parecía hipnotizarte. Podría haberme quedado admirando su rostro toda la tarde, pero nos encontrábamos en la entrada de su casa y se rompió el momento cuando alguien abrió la puerta.

—Estaba a punto de ir a buscarte niña —dijo una chica alta de cabello rubio mirando a mi amiga.

¡Maldición, esa chica era hermosa!

— ¡Unnie! —grito Yewon y abrazo a aquel poste.

No mentiré, ver a mi única amiga abrazar a otra chica y ponerse tan feliz por verla no me hacía sentir bien.

—Viajé desde California para pasar las vacaciones de la universidad con mi hermana pequeña y cuando llego del aeropuerto con mis abuelos me dicen que posiblemente salió con su amiga, ¿acaso no querías verme?

—No es eso Unnie, Yuna y yo salimos a pasar el rato a la cafetería —explicó, mientras seguía abrazada de aquella chica.

Reaccioné cuando me mencionaron y Yewon nos presentó.

—Mucho gusto soy Kim Sojung, hermana de este pequeño hámster —dijo mientras me tendía la mano y me sonreía de manera familiar, ella y su hermana tenían las sonrisas más encantadoras que había visto, sin mencionar la calidez que transmitían.

Y en ese momento estúpido diario, me sentí mal por haber pensado cosas malas de Sojung, que estaba más que claro que sus intenciones no eran robarme a mi única amiga.

Kim Sojung era después de Yewon, la chica más hermosa y amable que había conocido.

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¿Kim Sojung? Qué curioso, la hermana de Yewon se llama como la directora de mi colegio.

Por favor, guarda el secreto por mí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora