Por favor, guarda el secreto por mí.

Capítulo XIV Aléjate de mí

Llegué a mi casa y después de enviarle un mensaje a mi novia, me metí de lleno al estúpido diario para averiguar lo que pasó entre Yuna y Yewon.

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Estúpido diario, no sé si deba confesarte esto pero ayer fue un día intenso.

Cuando Sojung me dejó en mi casa luego de que Yewon y yo peleáramos, le pedí que al día siguiente no fuera por su hermana a la escuela, porque quería disculparme con ella a solas.

 Sojung ni siquiera se opuso, al contrario. Al parecer ya tenía planes hechos con Eunha y esta era la excusa perfecta para irse con su perfección de bolsillo.

 Así que ayer, al salir de la escuela vi como Yewon esperaba a la Jirafa.

—Hola, ¿podemos hablar?

—No, gracias —respondió sin mirarme.

—Yo sé que lo que hice estuvo mal, lo lamento estaba enojada y hablé sin pensar.

Ella no dijo nada, seguía sin mirarme.

—Al menos deja que te acompañe a tu casa —pedí.

—Esperare a mi hermana, gracias.

—Entonces te traeré una silla porque esperaras por un buen rato —dije con mi mejor sonrisa, pero Yewon me miró mal.

—¿Qué dijiste?

—Oh, yo... ahmm.

—¡Esto es increíble! —dijo enojada, empezando a caminar— Claro, ustedes siempre hacen está clase de cosas, como no lo pensé.

En eso comenzó a llover.

—¡Lo qué me faltaba! —gritó enojada.

Yo saqué mi sombrilla y al instante la puse sobre las dos.

—No te acerques.

—No seas necia te vas mojar y te resfriaras, prometo no decir nada. Solo quiero llevarte a tu casa y asegurarme que estés bien.

Ella me miró y le dedique la infalible mirada de perrito triste, en respuesta ella miró a otra parte.

—¿Sabes a que me recuerda esto?...

—Prometiste que no hablarías —soltó irritada y la ignoré completamente.

—Me recuerda a la primera vez que te hablé... También llovía como hoy, al igual que ese día yo traía mi paraguas y tú ese angelical rostro, aunque el humor de ese día creo que se te olvido traerlo hoy.

Ella se río y yo no pude sentirme más feliz, así que seguí.

—También recuerdo como tu mano se sentía cálida cuando tocaste la mía para cargar la sombrilla, recuerdo como algunos mechones de cabello mojado caían por tu cara.

Para ese momento Yewon evitaba mi mirada.

—Ese día yo me mojé terriblemente los hombros para cubrirte a ti —ya casi llegábamos a su casa— pero valió la pena porque cuando llegamos con tus abuelos y pude ver tu rostro totalmente iluminado por las luces de su casa, me sentí agradecida por haberte conocido. Lo gracioso es que ese día tus abuelitos no fueron por ti y hoy Sojung te abandonó para irse con...

—¡Ya basta!

Llegamos a su casa y ella soltó con tono afligido.

—Perdón sé que lo último fue una broma tonta, no te quise lastimar o enfadar. Tus abuelitos te quieren mucho, igual que Sojung y yo...

—¡Aléjate!

Gritó fuerte y corrió hacía su casa. Yo pasé de estar confundida a enojada en segundos. 

—No me dejarás hablando sola otra vez.

La tome del brazo antes de que entrara a su casa.

—Suéltame Yuna ¡Te dije que te alejaras!

Por el forcejeo que tuvimos se me cayó la sombrilla y sentí la lluvia rápidamente. 

—Lo siento, pero no estoy dispuesta a perderte.  Lo lamento, sé que lo arruine, pero prometo no volverte a hablar de esa manera, yo no sabía de tu situación pero ahora que sé te pido disculpas y prometo estar contigo, escucharte más para conocerte y saber más de ti, para que no vuelva a arruinarlo contigo. Tú eres mi única ¿recuerdas?

En ese momento estábamos totalmente empapadas y mis sentimientos estaban al borde, así que lo que menos quería era que Yewon me mirara suplicante y me dijera:

—Vete Yuna, por favor aléjate de mí.

Y ahí perdí la razón. Levanté la voz al mismo tiempo que la lluvia empeoraba.

—¡Pues no me voy a ir, así que hazle como quieras! Aun nos falta historia Yewon,  no pienso dejarte ir. Me comporte mal y lo lamento mucho, pero más allá de esta pelea aun nos quedan muchas otras sin sentido. Yo solo quiero quedarme para más allá de mis problemas escuchar los tuyos, más allá de esta estúpida e incesante lluvia quiero y necesito quedarme aquí contigo.

Y... Ella me besó.

Toda la basura que Sojung me decía sobre sus sentimientos hacía Eunha, al fin tenía sentido.

Agradecí que lloviera en ese momento porque si no, Yewon hubiera escuchado los latidos de mi corazón.

No le respondí de inmediato, porque estaba asustada. No sabía que hacer,  nadie me preparó para eso, yo solo era una chica nerd engreída que no tuvo amigos o novios. Jamás sentí algo como eso y de repente todo mis sentimientos me dieron la paliza de mi vida.

Sin embargo, después de unos segundos la tomé de la cintura y le respondí el beso con toda la emoción que sentía.

Estaba confundida como la mierda, pero en ningún universo alterno rechazaría el beso de Yewon, que parecía ser lo único que mi corazón entendía.

Nos besamos con una mezcla perfecta de valentía e imprudencia.

Al terminar el beso, nuestras respiraciones estaban agitadas, su aliento chocaba contra el mio y la lluvia caía sobre nosotras, así que mientras ella me tomaba con ambas manos la cara y me veía a los ojos, creí correcto decirle:

—Me esta entrando agua a la nariz, ¿podemos entrar? 

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