Por favor, guarda el secreto por mí.

Capítulo XXII Las Choi

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Estúpido diario, llegué a mi casa hace una hora, todos están durmiendo, son las 2 de la mañana y descubrí que el sillón de mi sala es incomodo para dormir...

Y creo que todo comenzó después de dejar a Sojung en el aeropuerto. Eunha lloró todo el camino hasta su casa y cuando se bajó del carro los abuelos Kim nos pidieron a Yewon y a mi, que a partir de ahora cada vez que saliéramos lo hiciéramos con Eunha.

—¿Qué tal si no quiere acompañarnos? —preguntó mi novia.

—Si dejan sola a esa niña se va a secar de tanto que llora, así que la jalan de los pies de ser necesario pero necesita salir para ver que el mundo aún no se termina —dijo el abuelo Kim.

—Querido, ella sabe que aún no se ha terminado porque su mundo se le acaba de ir a California.

—Ya se le pasará. Eunha está así porque Sojung era su única amiga, así que es su deber hacerla sentir que tiene más amigas y que puede hacer las mismas cosas que hacía con Sojung, con ustedes.

—Abuelo Kim, no creo que pueda hacer las mismas cosas con Eunha que ella hacía con Sojung —dije, pensando en como mi jirafa favorita me golpearía si trataba a su novia de la misma forma que ella lo hacía. 

Creo que Yewon supo a lo que me refería porque me dio un golpe en la cabeza y después le respondió a sus abuelos:

—No se preocupen, cuidaremos de Eunha.

No me hubiera molestado en lo absoluto estar con el conejo enano, de no ser por lo que me dijo Yewon al día siguiente en la escuela al receso de clases...

—Evitemos besarnos enfrente de Eunha ¿sí?

—¡¿Por qué?! —estábamos sentadas detrás de unos arbustos apartadas de los demás, para que nadie nos escuchara. —Te aseguro que ella ha visto cosas más intensas con tu herm- ¡Ah! —Yewon me dio su ya típico golpe en la cabeza como reprimenda.  

—No es por eso, sabes que está sensible ahora, imagina cómo se sentirá ver a otras parejas besándose mientras tu novia está del otro lado del mundo... Pero si quieres podemos ir a tu casa antes de ver a Eunha.

Y así fue como al salir de la escuela nos dirigimos a mi casa y ni bien mi novia cerró la puerta de la entrada, la tomé de la cintura y la pegué a mí. Tomé sus labios con delicadeza y como siempre me recibió el sabor a cereza de su labial,  cuando nuestras lenguas se encontraron sentí mis mejillas enrojecer, aún no me acostumbraba al paraíso que era la boca de Yewon.

Cuando terminamos el beso fuimos a la sala y continué besando a mi novia, que se hallaba recostada sobre el sofá, pero entonces escuchamos un golpe en la pared, nos separamos de inmediato y después entró Frank.

—Hola chicas, tu mamá y yo llegamos temprano para ir al cine, ¿quieren ir con nosotros? —él se veía nervioso pero antes de responderle entró mi mamá.

—Querido, ellas saldrán a ver a Eunha ¿No es así? Solo les pido que no regresen tan tarde, las esperamos para cenar.

Y fue así como salimos en busca de la perfección de bolsillo, quien no abrió la cafetería y le dio a sus empleados el día para seguir llorándole a su novia en la comodidad de su casa. Ni bien entramos y nos presentamos con su mamá, la señora nos arrastró al cuarto de Eunha, para calmar los lamentos de su hija... No lo logramos.

Luego de que su mamá nos dejará a solas con Eunha, Yewon fue la primera en abrazar a su cuñada e intentó reconfortarla.

—Tranquila, verás que el tiempo pasa rápido y cuando menos te des cuenta Sojung vendrá por las vacaciones a verte.