Capitulo 12 "contestas o bebes"

8 1 0
                                    

La noche se acercaba, de después de la tarde intensa vivida, el hambre se comenzaba a sentir.
-Tengo mucha hambre- dije mientras mis tripas sonaban.
-¿Que quieres comer?
-Me gustaría comer pizza ¿Sabes hacer?
-¿Congelada no te sirve?- Pregunto riendo.
-Si, algo es algo.
Fui al baño, me arregle un poco. Luego ordene la cama, mientras él estaba en la cocina. Tenía pocas cosas en el cuarto, ni un cuadro o adorno personal, era muy minimalista por así decirlo, la cama, ropero y unos cuantos libros en una estantería.
Me dirigí a la cocina donde él estaba, había harina por varios sitios, su camiseta estaba blanca, pero se lo veía muy decidido, de fondo se podía escuchar un video de YouTube, " lo que necesitaremos para esta receta es ..."
-¿Que haces? - pregunté aún sabiendo la repuesta.
-Intentó hacer pizza, no creo que sea muy difícil ¿O si?
- Puedo ayudarte si quieres- conteste sonriendo.
-Me vendría bien, bastante bien, un poco de ayuda.
Busque los ingredientes necesarios y los puse sobre la mesada, me quedaba más cómodo tenerlos a la vista y ordenados. Limpie la harina que había esparcido por mesada, suelo y más.
-¿Como has hecho esto, si aún no has comenzado con la masa? -Pregunté.
-Cuando fui a agarrar el paquete de haría estaba abierto, con lo cual voló- contesto haciendo una mueca con la boca.
Seguí todos los paso que el video indicaba con su ayuda, nos llevó unos diez a quince minutos tener la masa lista, debíamos dejarla reposar un rato. Entre los dos ordenamos lo que quedaba, aprontamos el recipiente de horno así luego solo sería colocar la masa en el, la salsa ya estaba pronta, venía hecha.
-¿Te parece si vemos una película?
- Si, me ayudará a no dormirme- conteste.
Nos sentamos en el sofá, se sentía como los postigones resonaban en la ventana, el viento cada vez estaba más fuerte. Me recosté en sus piernas mirando hacia la televisión. Tardamos uno cuantos minutos en ponernos de acuerdo para ver algo. Cuando íbamos por uno quince minutos de la película el comenzó a tocarme el el pelo, lo que provocó que me durmiera. Suavemente se levanto dejándome en el sofá, me tapo con una pequeña manta. Fue a la cocina y terminó de hacer la pizza.
-Hey despierta- dijo suavemente moviéndome el brazo.
-¿Que hora es? -conteste sin entender mucho lo que sucedía.
-Es hora de comer- pronunció mientras depositaba la pizza encima de la mesa del living.
Que rico se veía y el aroma que emanaba era delicioso. Comenzamos a comer, realmente estaba bien. Entre cómoda y comida, comencé nuevamente a preguntar, quizás era cansino, podía entender eso, pero realmente tenía dudas y ganas de conocer más de él.
-Tengo una idea- dije dejando el plato sobre la mesa.
-Dime ¿Que se te ha ocurrido ahora?
-Quiero saber más de ti, pero es justo que tú sepas más de mi ¿Tienes vodka, o algo de el estilo? - mira tenía media sonrisa y mis cejas se elevaron simulando exclamación.
- Sabas que esto va a terminar de forma extraña ¿No? Pero, las preguntas las vas hacer de todas formas, así que al menos será divertido.- contesto levantando se a buscar la bebida.
Colocamos la botella encima de la mesa, con dos vasos pequeños.
-Es simple, si no contestas bebés ¿De acuerdo?
-Excelente, comencemos- su respuesta estaba acompañada de una cara de superioridad.
Al comienzo las preguntas eran simples: edad, nombre completo, lugar de nacimiento, familia, estudios, lo típico. Luego comenzaron a ser más íntimas, más fuertes.
- ¿De que trabajas?- pregunte
No contesto, a diferencia de eso, bebió.
-¿Quien de tu familia tiene poderes?
-Mi abuela.
-¿Donde está tu madre?
Volvió a beber.
-¿Como te hiciste la cicatriz de tu espalda?
Bebí,yo bebía muy poco, no podía permitirme dos más porque me comenzaría a marear y reír o llorar en el escenario más desfavorecido.
-Cuando me hablaste de que era peligroso el usar los poderes seguido. ¿ Has tenido un accidente al usarlos?
Bebió y volvió a beber.- su cara ya no era la misma, no se sentía cómodo, podía notarlo.
-¿Que sientes por mi?
Bebí nuevamente, no era algo que quería contestar en este monto porque no sabía ni que sentía. Luego de soñar varias veces con el, de haberme salvado la vida y de lo vivido en este día, ya no sabía que pesar. Estaba mareada, los vasos eran grandes, también comenzaba a enfadarme, el no contestaba ninguna de mis preguntas. No estaba funcionando.
-El día de la estación de tren ¿ Que te había pasado?
Sus ojos quedaron rojos y cristalizados, su rostro era firme, bebió, de nuevo dos veces, dejó el vaso encima de la masa y se recostó hacia a tras, me acerque a él, giré su rostro hacia mi.
-Puedes confiar en mi, no puedo entenderte si no sé nada de ti.- le dije mirándolo seria.
-No quiero que me entiendas, el que me acostara contigo no significa que me tienes que entender ¿Sabes con cuantas me acuesto? No eres diferente al resto- Contesto apartando mi mano de su cara.
Se levanto, con un chequear de los dedos todo volvió a su lugar.
-Puedes dormir en el cuarto de la segunda puerta del pasillo y usar lo que quieras, mi hermana no tendría problema. Hasta mañana. - volvió hablar mientras entraba en su habitación, cerró la puerta con fuerza.
El ruido retumbó por el pasillo, estaba sentada en el sillón, solo era una más de su lista, realmente había sentido algo al estar con él. Me levante y fui hacia el cuarto, darle vueltas al asunto no serviría de mucho, simplemente era una estupida que se ilusionaba rápidamente. Busque en el armario algo para dormir más cómoda, me acosté e intenté cerrar los ojos y no pensar. Era complicado, cerraba los ojos y volvía a pensar y pensar. Maldito idiota, porque era así. Si no quiere contestar pues que no conteste, pero decir todo eso, no era necesario, quien se creía, no era una más todas, no quería serlo. Me levante, enfurecida salí del cuarto. No me detuve ni en golpear la puerta, entré directamente.
¿Quien te crees que eres para decir eso? No soy una más de tantas. Pensé que eras diferente, pero soy una idiota.-hice una pausa, pero no obtuve respuesta ¿Me estás escuchando?- volví a decir.
Estaba todo oscuro con lo cual no podía ver su cara, me moví un poco hacia la izquierda, con mi mano fui palpando la pared en busca del interruptor de la Luz, al encontrarlo, la encendí. Estaba arrollado sobre la cama, su cara estaba un poco roja, los ojos lloros, las lagrimas recorrían su rostro.
-Lo siento, los siento, no pienso eso, de verdad.- contesto, con voz suave y entrecortada.
Me acerqué que a él, me había dolido lo que había dicho, pero realmente quería entenderlo.
-Se que te presiono con las preguntas, se que has pasado por cosas difíciles y que no tienes porque contarme porque soy una más, te he visto cinco veces en mi vida y una acostada, quizás no es nada, debí callarme.
- No es así, no eres una más, no hay más. Hace meses pienso en ti, te veo en mis sueños, se cuando estas mal, ya sabes eso, arriesgue mi vida por ti y lo volvería hacer. Pero no puedo con las preguntas, no puedo.
-Es difícil conocer a alguien que no quiere ser conocido, no entiendo mi vida, no te entiendo a ti. Intento no cometer errores, cuando tenga mis poderes saber manejarlo, como dices tu, pero como no cometer algo que no se ni que es.
-Mate a alguien ¿Entiendes? Como quieres que conozca a alguien y le diga eso. Puedes irte. Hay dinero en el cajón de la puerta, el día que pueda llevarte, lo haré.
Me quede callada. No sabía que decirle.
Salí del cuarto y me acosté. Quede dormida al rato, luego de dejar de escuchar una y otra vez los miles de pensamientos que pasaban por mi mente.

La comunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora