bittersweet! hyunin edition.

¡ ｎｅｕｆ !

ｗｈｏ ｉｓ ｈｅ  ?  maratón 2/?

( doux-amer )

Jeongin.

Como dijo su madre, había tratado de llegar temprano (y lo había logrado), llegando una hora antes de la cena, seguida por Hyuna y las gemelas. Las pequeñas rápidamente fueron al cuarto de su hermana pues querían ver cómo seguía, sin embargo, al abrir la puerta se encontraron con una escena poco esperada.

Estaba su hermana, sentada en medio de aquel chico con manchitas en el rostro que Jeongin invitaba de vez en cuando y del mismo Jeongin. Se encontraban viendo Toy Story 3. Yuri abrazaba al tipo de ojos negros mientras que jeongin abrazaba sus rodillas.

— ¡No quiero que Andy se vaya a la universidad!—chilló la niña.

— ¡Yo tampoco! —respondió Hyunjin.

Hyunjin y Yuri tenían los ojos llorosos.

Jeongin tenía hambre.

Las gemelas rieron.

— ¡Jeongin, cariño, ya llegué! —anunció su madre, se le oía por el corredor.

— ¡En el cuarto de Yuri, mamá! —contestó.

La menor de los tres salió de los brazos del tatuado y se dirigió con sus hermanitas, la madre de Jeongin entró enseguida.

— ¡Oh, Jeongin! No me avisaste que tendríamos visitas—comentó en cuanto vio a Hyunjin sentado en el suelo. Éste se levantó rápidamente.

—Creo que no nos conocemos, señora Yang. ¡Yo soy Hwang Hyunjin, un gusto!—se presentó, saludando con una reverencia.

Jeongin pensó en que parecía un niño de preescolar.

—Que dulce eres, cariño—contestó con una sonrisa, devolviendo la reverencia—, y por favor, llámame Sunmi solamente.

—Está bien, Sunmi. Y perdone el que haya venido sin avisar, pero me tomé la libertad de traerle algunos apuntes a Jeongin.

—Oh, no te preocupes, ¿te quedarás a cenar, Hyunjin?

—Me temo que no, hoy irá mi hermana a cenar con mi madre y conmigo, será para la próxima, gracias.

Jeongin estaba seguro que Hyunjin era un maldito niño de preescolar atrapado en el cuerpo de un adolescente con estatura de gigante.

Una vez que Sunmi salió de la habitación, Hyunjin volvió a hablar.

—Bien, Jeongin, ya me tengo que ir—anunció, viendo su teléfono.

— ¡Oh, permítame acompañarlo hasta la puerta, señor Hwang! —contestó, imitando cómo había hablado el de miel mirar con su madre.

Hyunjin sonrió—. Eres un tonto.

—Ya habló el que llora con Toy Story-

—Llorar con esa película es válido.

—Ajá.

Ya estaban en el lumbral, Lee cargaba sus cosas.

—Supongo que nos vemos mañana—habló Jeongin.

— ¿Irás?

—Sí, dudo que quieras volver a venir y terminar viendo todas las películas de Barbie.

—No me molestaría.

Jeongin sonrió—. Adiós, Hyun.

—Adiós in.

Y la puerta se cerró.

— ¿Cuándo volverá a venir Hyunjin, Jeongin? —preguntó Ryujin tan pronto como llegó al comedor.