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sudor frío bajó por mi sien mientras observaba a lee bailar, y joder, sus ojos estaban fijos en los míos, mi corazón se aceleró como la última vez que nos vimos y estaba seguro de que mi boca estaba hecha agua mientras lo veía bailar de esa manera.
—cierra la boca, te van a entrar moscas—se burló bambam, uno de los amigos de chris observaban también la presentación del club de baile, en su caso, ellos habían ido por el hermano de bang, bang felix, me caía bien, por supuesto, pero ambos chocamos un poco.
—es que, sólo míralo, siendo tan perfecto y terriblemente sexy mientras yo estoy aquí, ¡aunque en realidad debería estar ahí! pero claro, taeyong hyung dijo que iban a bailar lee, bang y, adivina quién—escuché su risa, como si hubiera un payaso frente nuestra, aunque lo había—¡al payaso de kim! ugh, es para ofender, ¿pero por qué pondrías a ese mocoso allí para hacer quedar mal al club? ¡Y ENCIMA DE CENTRO!
—contrólate—tragué duro cuando escuché la voz con un ligero acento japonés, sabía quién era, nakamoto yuta, quién siempre abogaba por las decisiones de su novio, lee, taeyong, para aclarar. lloraría si fuera el de mi lee.
—es que, sabes que tengo razón—me quejé girando a verlo mientras fruncía el ceño—ni siquiera te cae bien seungmin.
—me caiga bien o no, tae hizo esa decisión por algo—bufé, girando a ver nuevamente el baile de lee, hipnotizado nuevamente por sus movimientos y relamí mis labios, tan jodidamente perfecto.
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negué mientras me levantaba a ir hasta las duchas, donde sabía estaban para poder hablar aunque sea un poco con taeyong, todos sabían lo amenazante que lucía, pero no era más que una pequeña masita adorable demasiado tímida y varonil, ow, qué buena suerte había tenido nakamoto con un novio así, ¿se imaginan que en realidad el pequeño lee minho sea de ese modo en una relación? BASTA, CORAZÓN, NO QUIERO LLORAR HOY.
aclaré mi garganta al estar ya en el lugar, mientras el mayor me miraba con una pequeña sonrisa.
—hey, hyunnie, ¿qué te trae por aquí?—preguntó mientras secaba su cuerpo, solté un suspiro, de pronto tímido frente a su penetrante mirada.
