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Desde que llegue del colegio me eche a dormir unas buenas horas hasta que él hambre me despertó, podía sentir que se me olvidaba algo pero aún no lograba ni siquiera tener una pista de lo que era. Me levante vagamente de la cama y salí hacia la cocina, sin prestarle mucha atención a mis primos que estaban en la sala de estar.

Aún bastante adormilada comencé a bajar varias cosas para hacerme algo de comer pero al sentir pasos acercarse volteé rápidamente, encontrándome con el señor park jimin. No sabía si era un sueño y dudaba que lo fuera, aunque enserio tenía ganas de que sea así.

-hola - su voz resonó por la cocina, cosa que le dejó más que claro que no era para nada un sueño. Reaccione unos segundos después y parpadee un par de veces.

-Hola- conteste algo cortante mientras me apresuraba en terminar lo que estaba haciendo, no es como si me pusiera nerviosa, pero estaba recién levantada y algo despistada así que prefería no arriesgarme.

-solo vine a buscar unos vasos...y ¿Qué tal vas con las tareas de mañana?- aquellas palabras me cayeron como un balde de agua fría...sabía que algo se me estaba olvidando y él me lo acababa de recordar en un instante.

-La tarea....muy bien si si - muy mal, hasta ahora nisiquiera recordaba que tenia tarea y dudaba mucha acordarme tan fácilmente de algún procedimiento. Pero no lo admitiría, por lo menos no ahora.

-Ummm que bien - podía notar su sonrisita, esa sonrisita que me dice "Ajá si hago como que te creo" y la verdad no estaba muy equivocado pero, la haría más a la noche y listo cuando mi cabeza esté clara y mi estómago lleno.

Sin mucho más para decir jimin se acercó a la alacena superior y tomó barios vasos, para luego mirarme una última vez y dedicarme una sonrisa que supongo era de despedida, yo hice lo mismo y seguí en lo mío sin querer darle mucha mente a aquello. Cuando termine de prepararme algo de comer tome todo y camine nuevamente hacia mi habitación mirando e reojo la sala de estar y a todos los chicos ahí charlando, aveces era algo bastante vergonzoso vivir con tantos primos y que inviten a sus amigos tan seguido, pero ya me había acostumbrado.

Los minutos pasaron y cuando termine de comer comencé a sacar todo mis cuadernos, grave error por que ahora estaba frente a una hoja de papel sin poder recordar siquiera la mitad de todo lo que me habían explicado. Recordaba algunas cositas pero muy pocas las cuales no me alcanzarían para poder completarlas por completo, aunque odiaba admitirlo necesitaba un repaso pequeño.

Tome mis cosas y baje en silencio hasta la sala, escondiéndome tras una de las columnas que habían allí, tratando de localizar al rubio con la mirada. Cuando porfin lo hice supe que había un solo problema por resolver...cómo llamaría su atención.

-A ver piensa - susurre para mi misma...unos buenos minutos pensando hasta que la mejor idea llego a mi cabeza, utilizar a otra persona para que le diga por mi. Entre a la habitación de mi hermana y la mire con una sonrisa algo maliciosa en el rostro.

-Necesito un favor - inicie la conversación rápidamente sentándome en su cama y recibiendo una mirada desconfiada.

-depende ¿qué quieres y que me vas a dar por el favor?- a ver qué podría darle para que ella vaya entre el grupito y le diga discretamente a park que necesitaba hablar con él. 

-Bien te doy 150, solo tienes que ir a donde se encuentra jimin y decirle que necesito hablar con él, pero discretamente sin que los demás escuchen...por favor, enserio necesito ese pequeño favor

-Bien, pero me tienes que pagar de una vez luego de hacerlo- celebre rápidamente y me levante junto con ella. Ahora el plan era perfecto, podía ver con detalle cómo ella se acercaba mientras yo seguía en mi lugar sin necesidad de exponerme....o eso pensaba yo.

-Oye jimin, dice sheila que necesita hablar contigo que vayas hacia allí- así es señoras y señores, mi querida hermana lo había dicho en voz alta y ahora estaba todo el mundo mirándome con caras de entre intriga y picardía. La gota que derramó el vaso fue cuando la mirada de park chocó con la mía y volvió aquella sonrisita a sus labios...no dudaba que mi cara estuviera como un tomate.

Trágame tierra.

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