|| Ángel : Trueplik : FINALIZADO : ✅ ||

⚡ [06] ⚡

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Pasó alrededor de hora y media desde que Mateo se fue, haciendo que Manuel comenzara a sentirse solo y aburrido, por lo que decidió ir a buscarlo. Eso sí, no tenía idea de en dónde podría estar, por lo cual comenzó a vagar por todo el edificio.

Perdiéndose en un par de ocasiones entre los pasillos, cada vez que esto sucedía sus ganas de rendirse y volver hasta su punto de partida se incrementaron.

Pero antes que pudiera tirar la toalla, encontró al morocho en una habitación del tercer piso. Mateo estaba sentado en un ventanal bastante alto, moviendo sus pies hacia adelante y atrás, viéndose bastante pensativo.

-T-te vas a c-caer. - dijo Manuel en modo de advertencia.

Palacios se volteó, sonriendo al ver a Vainstein.

-Sigues aquí. - susurró sin borrar la sonrisa que tenía. -No preocupes, no soy tan boludo para caerme. - comentó tratando de tranquilizar al menor, pero cuando estaba por bajarse, se desbalanceo, teniendo como resultado una brusca caída, asustando a Manuel.

-¡Mateo! - exclamó acercándose rápidamente al mencionado. -¿No te hicistes daño? - preguntó.

-Creo que no. - respondió Palacios poniéndose de pie.

-Boludo. -le reprochó Vainstein, pegándole en el hombro.

-¡Oye! ¿No ves que estoy herido? - se quejó falsamente el mayor.

-¡Pero vos tenes la culpa! ¡A quien se le ocurre subirse al ventanal, sabiendo lo que puede pasar! - Vainstein siguió con sus regaños.

-De acuerdo, de acuerdo. - cedió Mateo. -Tal vez, y sólo tal vez, si soy un poco boludo.

-¿Un poco? Para mí que sos un re boludo. - habló el castaño en medio de una risa.

-¡Teneme más respeto! ¡Soy mayor que vos! - exclamó fingiendo enojo.

-Que seas mayor solo por un año, no es la gran cosa. - cuestionó Manuel restándole importancia.

-¡Pendejo atrevido! ¡Te voy a enseñar a respetar a tus mayores! - amenazó, tratando de atrapar a Vainstein pero este se movió rápidamente, logrando escapar. Lo intentó un par de veces más, pero no logró su cometido. -Eu, deja que te agarre.

-Ni loco. - contestó, el castaño riendo de nuevo.

-Está bien, esta te la paso, pero la próxima no te me escapas. - advirtió. -Che, ¿sabes lo único bueno que hay en esto?

-¿Qué es lo bueno? - preguntó Manuel.

-Que al fin te escuche reír, y dejame decirte que tenes una bonita risa. - habló, haciendo que las mejillas de Biquard se tiñeran de rojo.-¿Por qué tan rojito?

-¿Quién yo? - Manuel quiso hacerse el desentendido. -N-no sé de qué hablas. - tartamudeó.

Mateo en vez de contestarle solo se dedicó a reír de la manera más fuerte posible, haciendo que el sonrojo en Manuel aumentara.