Capítulo 12:

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Apurado hundió el paño en el agua fría, después quitando el exceso, limpio el sudor de su cuello y rostro sonrojado por la fiebre alta, volviendo a repetir el proceso inicial, pero esta vez lo coloco sobre su frente, Giyuu suspiro entre sueños.

Tanjiro comenzaba a quedarse dormido, era tarde de la noche, su alfa había luchado fervientemente aferrándose a la vida, durante todo el día, pero observaba como poco a poco se dejaba vencer, cuando miraba que Giyuu parecía decaer, hablaba con él, le contaba cuantos cachorros deseaba tener, la vida que esperaba tener a su lado, cuanto lo quería, lo amaba, y no solo era el instinto hablando y cuanto se esforzaría por ser un buen omega para él, se sentiría orgulloso.

El aroma de Giyuu era suave, tranquilo y pacífico, le encantaba.

Sus ojos pesaban, comenzaba a cabecear, estaba entumido, estar sentado en forma de seiza todo el día era doloroso y cansado.

Esta vez la puerta fue abierta de forma decente, Tanjiro respigo al sentir a alguien a su lado, parpadeo mirando a Shinobu, con rostro ilegible.

Una aguja clavada en el brazo de su alfa lo alerto.

— Es el antídoto, era veneno— respondió las inquietudes del omega.

Tanjiro suspiro con alivio y dejo a la alfa hacer su trabajo.

— Solo hay que esperar a ver cuántas ganas tiene de vivir, esta solo a partir de ahora —murmuro Kocho, acomodando el yukata del otro alfa.

— Deberías descansar — aconsejo Shinobu.

Tanjiro asintió, no dejaría a Giyuu por nada del mundo, pidió a los sirvientes betas, sintiéndose mal por despertarlos tan tarde, pero el omega no sabía dónde estaban las cosas de la casa, que colocaran otro futón al lado del de su alfa.

Durmió con los dedos entrelazada con la mano de Giyuu, quería que supiera que estaba ahí para él.

A la mañana siguiente Giyuu respiraba con normalidad, un poco de color volvió a su rostro y las heridas de sus hombros y costado se veían bien, la infección había cedido, solo había que esperar que recuperara la conciencia.

Eso tarde un poco más, unos días, a decir verdad.

Tanjiro casi lloro al ver a Giyuu parpadear al despertar, lo primero que vio el alfa fue el hermoso rostro de su omega afligido y respirando el suave y sutil aroma que lo tranquilizaba.

Hubo muchas vistas durante el día, todos estaban preocupados por el alfa, Uzui con Zenitsu, Nezuko, Sabito y Makomo, Sakonji su padre y por supuesto Shinobu que venía a ver el estado de su paciente.

Tanjiro suspiro cuando cerró la puerta detrás del ultimo visitante, no vio, ni sintió venir a Giyuu a sus espaldas, no fue hasta que sintió deslizar las manos del alfa por sus caderas hasta posarlas en su vientre que fue consciente el calor del otro cuerpo sobre el suyo.

— Giyuu no deberías levantarte aun — un gemido salió de sus dulces labios cuando el alfa jalo sus caderas hacia él y pudo sentir la dura erección entre sus nalgas.

Un ronroneo en su oído lo hizo temblar.

—Alfa — lloro al sentir la ficción del duro eje a la mitad de su culo.

El cuerpo de Tanjiro reacciono debidamente a las feromonas, al aroma de excitación del alfa, hilos de lubricación ya bañaban sus muslos, apretando su culo al momento de dilatarse para recibir a su alfa, maullando al recibir las duras y ásperas manos de Giyuu sobre sus endurecidos pezones rosados a través de su ropa estorbosa.

Tembló en el momento en que una mano abandono su labor en su pecho para bajar acariciando su cintura, para mancillar su trasero, ligeros y sutiles apretones en sus nalgas que separaban, encontraban y se colaban.

Inocente y Sensual  ⌠GiyuuTan⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora