Capítulo 27 ~ Juan Fernández

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- ¿Dónde está ________________? - preguntó Jesus/Dani. Miró a Carlos y este no supo que responder.- coño, te acabo de hacer una pregunta, ¿dónde demonios está ___________________? - volvió a preguntar, esta vez más alterado.

- Ella... - Carlos se aclaró la garganta. - ella salió y dijo que volvería en unos minutos.

- Debe estar cerca. - afirmó Pedro.

- ¡Joder! - se quejó Jesus/Dani. Tenía los nervios en punta. No... no, ________________ tenía que estar bien. Si algo llegaba a pasarle no sabría de que sería capaz. - todo esto es tu maldita culpa... - se abalanzó hasta Carlos, en el intento desesperado por desquitarse de aquella gran culpa que sentía dentro de si. Pero Alberto lo detuvo, interponiéndose entre los dos.

- ¡Cálmate! - le gritó. Jesus/Dani se soltó de inmediato de los brazos de Alberto. Golpeó la puerta con la palma de su mano haciéndola resonar. - si no viene en unos minutos...

- La ha secuestrado. - Jesus/Dani tragó saliva. - ahora también a ________________, estoy seguro que también ha sido él.

Entonces Laura se hecho a llorar sobre el torso de Alberto, que la acogió de la cintura fuertemente. Era muy fuerte, pero había algo que lo hacía débil y era ver a Laura de esa forma. Recordar junto a ella la manera en la que habían abusado de ella... le dolía...le dolía muchísimo...

- ¿De que hablan? - preguntó Pedro.

- Es una larga historia. - contestó Alberto. - pero estoy seguro que tú también recuerdas a Juan Fernández.

El rostro de Pedro empalideció. ¿Fernández? Joder...ese apellido le traía tantos recuerdos.

- Sí. - contestó.

- A sido ese quién a secuestrado a _________________.

- ¿Cómo lo saben? - intervino Carlos. - pero qué...¿qué tiene que ver Fernández con __________________?

Jesus/Dani solo se quedó pensando '¿Pero que tiene que ver Fernández con __________________?' Esa era la clave. Juan Fernández no tenía nada que ver con ella, pero sí con Jesus/Dani. Se estaba vengando justo como lo había sospechado. Y estaba tocando lo más preciado para él. Nada le importaba más que tener a __________________ con él ahora mismo. Sentía tanta impotencia por dentro. Le había prometido que a su lado nada llegaría a pasarle, aunque sabía que iba a ser difícil se había propuesto cumplir esa promesa hasta que el destino lo quisiera, o mejor dicho... hasta que ella de algún modo dejara de quererlo si es que eso llegaba a suceder, pues él jamás lo dejaría de hacer. Una promesa que cumpliría así fuera lo último que tuviera que hacer.

___________________, su _________________... no podía ser secuestrada por nadie más que no fuera él.

Secretos (Jesus/Dani Oviedo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora