- PRÓLOGO -

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Mi madre fue muy específica con sus reglas antes de irse a trabajar:

— No traigas un puercoespín a la casa.


— No te toques el cabello con unas tijeras cerca.

— No prendas fuego a nada inflamable.

Ella en ningún momento dijo que no podía invocar un demonio en el patio de la casa.

Ser implícito conmigo no servirá de nada.

Danzando con el diabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora