CAPITULO 1

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El mundo gira alrededor del sol y cada vez que una vuelta se completa el planeta cambia, evoluciona hacia un futuro, sin embargo, la evolución no siempre viene acompañada de risas y alegrías, otras veces viene acompañada de tristezas y amarguras.

Yo me encontraría experimentando un par de ambas.

Me encontraba más que sorprendido por no decir lo poco y a su vez un poco alterado, de cierto modo las cosas no iban como yo planeaba, para nada. Sentí la angustia cubrir mi cuerpo por un momento he intentado que eso no se reflejara en mi rostro intente detener al chico frente a mí. Lo cual fue inútil, me empujo golpeando mis costillas para irrumpir en mi casa a la fuerza. Me desespere al ver como entraba, no quería que viera el lugar ya que para empezar había estado planeando el cómo me presentaría a él otra vez.

- ¿Qué demonios es esto? – soltó sorprendido.

Yo también lo estaría si la casa de otra persona estuviera así. Lo vi revisar cada parte de la sala como podía, sintiendo una vergüenza empezar a devorarme.

Bakugo Katsuki, el rubio cenizo quien ya no era un niño se giró hacia mí, elevando una de sus cejas por respuestas, lo que hice fue huir de su mirada mientras moría de la vergüenza en ese momento, lo escuché gruñir. Me altere.

Mi casa/departamento no era tan pequeño, tenía dos cuartos, una sala, una cocina equipada, su comedor y contaba con dos baños y medio. La sala apenas contaba con muebles, unos estantes y una pantalla plana, ya que no tenía muchas cosas el lugar se veía espacioso y solitario.

Para una persona normal no sería gran problema el limpiar puesto que no había muchos obstáculos en realidad, pero para mí, aquella tarea se hacía un poco imposible en esos momentos.

No era un genio, pero intuía que el rubio se estaría preguntando "¿Cómo es que una persona puede dejar el lugar hecho una mierda?" bueno, ni yo sabía y vivía aquí.

- B-bueno, he estado un poco ocupado y no he tenido tiempo de limpiar, perdón kacchan – solté esa excusa nervioso, no era de todo mentira, pero tampoco del todo verdad - ¡Traeré te! – huí.

- ¡No huyas, cobarde! Dios, y pensar que como adulto fueses un cerdo, asqueroso, maldito nerd. – le escuche decir estando yo en la cocina.

- ¡No es así, kacchan! – le grite avergonzado.

- Esto parece un basurero, no veo la verdad en tus palabras, idiota – refuto. El chico tenía un punto.

- Cosas que pasan... pero veo que tu forma vulgar de hablar no ha cambiado, sigues siendo el kacchan que recuerdo – dije viendo como dejaba su maleta al lado del mueble y se sentaba. Le extendí la bebida y me senté en frente de él.

- ¿No harías te? – pregunto en cuanto le extendí un vaso con soda.

- Por desgracia, se me acabo el té.

- ¿Acaso eres idiota? No, no me respondas – me dijo cuando estaba a punto de responderle.

- Cruel. De todas formas, veo que tus heridas sanaron... kacchan ... ¿tu?

No termine la pregunta, pero vi como Bakugo me miro, el chico sabía que quería detalles. Ciertamente estaba desconcertado con su inesperada visita, en primer lugar, porque no sabía cómo consiguió mi dirección y en segunda quería saber porque el menor cargaba con una maleta grande junto a él.

Lo mire, viendo como tomaba de su vaso con una total calma sabiendo perfectamente que me carcomía la intriga de su visita.

No mentiría al decir que me alegraba de verle otra vez, pero me sentía incomodo el tener al chico frente a mí y su mirada recorriendo me, como si me analizara. A lo lejos pude sentir el dulce aroma a caramelo, era tenue, estaba controlado, pero estaba ahí. Sentí un revoltijo.

Lo vi dejando el baso en la mesita de centro elevando su mirada hacia mí.

Me sentí inquieto. Hace solo una semana me reencontré con kacchan en no un muy buen momento, después de lo ocurrido en el hospital me prometí irlo a visitar, pero mi deber y trabajo me lo impidieron, la acumulación de papeleo y llamadas de emergencia hicieron que los días se pasaran y por mera pena no fui a visitarlo ya. No lo volví a ver desde entonces y planeaba buscarlo para hablar con él aunque fuese una vez más, pero él estaba ahí, frente a mí, sentado en mi sillón mirándome con una intensidad que me ponía ansioso, cada fibra mía rujía por él y eso me daba miedo.

- Me quedare aquí, hasta que encuentre donde vivir – sentencio.

- ¿Eh?

Fue todo lo que pude decir mientras mi cerebro procesaba sus palabras, necesitaba cambiar de servidor.

Una vez mi cerebro proceso lo dicho por el rubio me sorprendí demasiado, perdiéndome en mis pensamientos del porque y no salí de mi nube sino hasta escuchar ruido salir de a habitación frente a la mía. Fui corriendo a ver qué pasaba y me encontré con el infortunio de ver como kacchan botaba del cuarto figuras de All Might que tenía en la habitación, como si no valieran. Mi corazón se detuvo.

- ¡E-e-e-espera, kacchan! ¡no los lances! – grite mientras atrapaba las figuras que el rubio tiraba.

- ¿Ah? ¿Por qué demonios uno de los cuartos está lleno de figuritas y postes de All Might? ¡Eres un maldito otaku! – grito desde dentro mientras arrancaba el poster. Mi alma salió de mi cuerpo.

- No soy otaku, además son figuras ilimitadas, así que, por favor, trátalas con delicadeza. – le dije mientras le ayudaba a limpiar. Si no puedes con el enemigo, úneteles.

- Mi culo – lo escuche decir mientras enrollaba el poster y lo botaba en el suelo.

- ¡kacchan! De todas formas, ¿Cómo que te quedaras aquí? ¿Qué está sucediendo? ¿¡Podrías dejar de lanzar las figuras de All Might!? – inquirí ya resignado.

- Lo que dije. El incidente de hace una semana destruyo cuatro cuadras de edificios departamentales y yo vivía en uno de esos, además trabajaba en el edificio de igual forma. – pauso – La policía está buscando albergue para los damnificados y los están juntando de cuatro personas a los que no tienen familia. Las familias u personas que poseen más familiares se están yendo con ellos. Además, dijeron que tardarían por lo menos mes y medio de reconstruir el edificio principal y para que las cuadras vuelvan a lo que fueron tardarían más de medio año, ya que al parecer en el incidente hubo también hurto de maquinaria... y, no. Así que deja de joder y ayúdame a sacar esta mierda del cuarto. – concluyo, sin dejar de tirar las cosas.

- ¡No los lances! Dios... te estoy ayudando, solo no los lances ¿sí? – intente negociar, logrando un bufido por parte del rubio y una victoria con un sabor amargo.

Trabajamos en silencio, sacando cosas y metiéndola en cajas que llevaría a una bodega que había en el edifico. No hubo necesidad de hablar, aun así, el ápice de falta de información me comía por lento, haciendo eco en mi cabeza. De alguna manera he irracional forma, tenía miedo de preguntar por lo que mi cabeza llevaba pensando, pero mi parte racional me pedía que lo hiciera para salir de las dudas y obtener mayor respuesta que la que el menor me dio.

No me espere la respuesta para nada y el ambiente se llenó de un aroma amargo.

- Familias... - susurre para mí – kacchan... ¿Masaru-san y Mitsuki-san? – hable soltando un poco el aire al final, esperando que el chico no me mandara a freír patatas.

Como no obtenía respuesta alguna, voltee a ver a kacchan quien había dejado de moverse mientras sostenía una figura de All Might en la mano y la miraba fijamente. Tomo la caja cercana a él y guarda la figura continuando con la limpieza, una vez la caja se llenó se levantó con ella y se dispuso a salir de la habitación, aún tenía la duda, pero una vez que Bakugo salió lo escuche.

- Murieron. Hace cinco años.

Decir que me sorprendí era poco, al escucharlo todo me dio vueltas y mi estomago se contrajo. No era la información que buscaba.

De esa manera, laconvivencia con kacchan empezó, sin saberlo, sin darnos cuenta seria lassemanas más largas que pasaríamos ambos y tal vez las problemáticas.

"EL TIEMPO REGRESA" [DEKUKATSU OMEGAVERSE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora