CAPITULO 4

3.7K 458 59
                                    

De alguna forma el ambiente en los próximos días se fue relajando poco a poco y la rutina que al principio tenía con kacchan empezó de nuevo, pero esta vez era diferente.

A veces el aroma del rubio se volvía cambiante, de ser un olor más dulce de lo normal a hacer un amargo, era tan variante que me preocupaba, pero no quería meterme más en su vida, por ahora.

Lo preocupante venia después de eso.

Había notado que la esencia de kacchan era variante dependiendo del lugar en donde estábamos, o la ocasión, era como si dentro del rubio ocurriese una pelea interna. Yo no estaba tan lejos de eso.

Kacchan no mentía cuando dijo que cualquier capricho le cumpliría puesto que mi horario se había divido en más, mis días libres tenían que ser un poco más cerca uno del otro, pues no pensé que al cenizo le gustase salir a algo que no estuviera relacionado con el departamento o la búsqueda de trabajo.

Así paso un mes, donde él y yo salíamos a cualquier lugar por capricho de kacchan, desde ver una película a solo salir a correr a un lugar desconocido. Yo no lo entendía, pero sus cambios de aroma aún se mantenían en esas salidas de capricho.

A este punto empecé a experimentar dolores en mi cuerpo, desde una simple jaqueca, dolores de espalda a mareos. Necesitaba que mi cuerpo siguiese aclamando por algo que no podía darle, algo que me tenía prohibido.

Lo odiaba porque me sentía feliz de retomar la rutina en donde kacchan me recibía con comida casera a veces acompañado de un pequeño sonrojo. Eso solo hacia burbujear a mi alfa.

Tenía que acabar con esto.

Me asustaba lo fácil que mi mente asumía que kacchan era lindo y tierno por hacer una labor que llevaba haciendo desque vivíamos juntos, me aterrorizaba la idea de lastimarlo.

Eso me llevaba a sumirme en mis pensamientos más seguido.

Sin embargo, las cosas empezaron a empeorar cuando kacchan durante la cena de un día normal soltó descolocándome un –"uh, tu aroma ha cambiado últimamente, ¿te resfriaras? Tú, idiota"- tan fácil y sin significado para, pero para mí alfa no.

Él se regocijaba en mi interior feliz de saber que el omega rubio lo había notado, pero yo era tan estúpido como para notarlo. Me concentre tanto en kacchan que no había notado mis propios cambios de olor, ni yo, ni mis amigos.

Sabia a que se debía mis cambios, ya que mi cuerpo empezaba a responder a los cambios del rubio inconscientemente y eso solo hacía que la culpa creciese en mi interior; burbujeante y caliente.

Los dolores eran porque mi alfa rugía por atención del rubio, me lastimaba porque lo quería. Lo deseaba.

No, era porque yo lo deseaba.

Me molestaba y me sentía aún más en la mierda al saber que sin darme cuenta lo había estado acortejando con mi aroma y el rubio no lo había notado sino hasta hace poco ¡Al igual que yo!

Me sentía tan frustrado conmigo mismo, tan molesto.

Kacchan no me respondía lo que era bueno, pero eso no le gustaba a mi alfa.

Lo sabía, cada día más kacchan estaba en peligro viviendo conmigo, no podía tenerlo cerca de mí por más tiempo, pero tampoco podía correrlo ya que aún no encontrábamos departamento al gusto del menor.

No podía fallarle y eso me estaba comiendo vivo.

Rebasando ya a lo frustrante que se había vuelto mi vida decidí darle lo que mi alfa quería. Iba a saciar las necesidades básicas y humanas que mi cuerpo necesitaba para acallar a mi alfa interior.

Una noche solo sucedió. No quería dañar a kacchan, así que busque el sexo en otra persona.

Ella era una chica que acababa de debutar como héroe, se me acerco, hablamos y al final los dos terminamos enrollándonos en las sabanas, ella era una preciosa beta, pero no era suficiente.

Esa misma noche Bakugo enfermo. Cuando regrese a casa tome una ducha y por mera curiosidad fui a verlo. Su cuerpo estaba cubierto de sudor y su temperatura era más elevada que de costumbre, me asuste.

No dormí bien ese día, ya que me pasé cuidante del rubio hasta que su fiebre bajara.

¿Cuándo iba a aprender que lo estaba lastimando?

"EL TIEMPO REGRESA" [DEKUKATSU OMEGAVERSE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora