CAPITULO 5

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Sin que me diera cuenta esa noche volvía a repetirse una y otra vez, era tan vicioso y tan necesitado. Las cosas se tornaban insoportables, mi garganta siempre se encontraba seca y ardiente, el agua no era suficiente y cada vez que veía a kacchan todo mi cuerpo quemaba, cada fibra de mi ser esperaba que dejase de ser un idiota y le diera lo que necesitaba. Algo que no podía darle.

Ciertamente ya me consideraba un idiota, pero había hecho un mini plan por si las cosas salían mal... nada fue desde un principio como esperaba.

Kacchan simplemente volvió a parecer he hizo que mi estado diera tropezones, alertando a mi alfa en regocijo por tener una oportunidad.

- Oye, idiota. Mi celo esta próximo, así que cómprame esta pastilla – me dijo mientras tomaba te. Lo escupí.

Kacchan dejo la nota en la mesa no sin decir un "asqueroso" de su parte, pero esa pequeña declaración me puso los pelos de punta y mi mente grito que era peligroso. Tome el pequeño papelito que el menor me dejo y Sali corriendo a la farmacia más cercana a comprarlo, era tarde ya, pero no podía dejar las cosas así. No quería hacerle daño. Yo no, pero el sí a mí.

Jadeando le entregue su medicamento viendo un ligero asombro en el rostro del rubio, quien lo tomo y me cerró la puerta en el rostro. Su aroma era dulce y esa era la suficiente razón como para no permitirme que Bakugo entrara en celo y más aún cuando mi alfa buscaba por su aprobación.

Pero cuando aprenderé que mientras kacchan este, las cosas nunca saldrán como yo quiero; porque Bakugo es un chico espontaneo, incalculable.

Dos días después, en un viernes, y un sábado libre. La vi, era una chica hermosa, omega, de buenas curvas y voluptuosa, de sonrisa alegre y encantadora; con un ligero olor a vainilla.

Había trabajado con ella en el caso de ese día, después de un éxito le invite a beber y nos fuimos caminando.

Recordé que kacchan no estaría en casa hoy sino hasta el domingo, pues él me dijo que iría a una entrevista de trabajo y después de eso se quedaría en casa de uno de sus amigos pues al parecer los chicos no habían hecho la tarea de verano y les "ayudaría" con eso. Sonreí al recordar eso, no creía que la palabra "ayudarles" estuviera en el vocabulario de Bakugo.

No pensé muy bien ese momento he invite a la chica a mi hogar. El ambiente era tranquilo y ella se mantenía pegada a mí, no me molestaba pero el alfa en mi interior rasguñaba por alejarse de ella.

Cuando llegue a mi hogar, todo se encontraba tan solitario y apagado y el aroma a caramelo estaba en el ambiente, lo que me frustro.

No era mi alfa, era yo, buscando por consuelo de parte del rubio.

Tome la cintura de la chica, era delgada. No espere mucho y la bese y ella no tardó en responderme. A mi llego un ligero dolor de cabeza, y mi alfa gruño por alejarse ahora, no disgustado, más bien estaba desesperado por hacerlo, como si temiera de algo.

Pegue a la chica más a mi mientras la arrastraba hasta llegar al mueble. Ella se sentó encima mío y empecé a desvestirla; su blusa se fue al igual que su falda, mi camisa igual y mientras ella desabrochaba mi pantalón, lo escuché.

Era un carraspeo que nos alertó a los dos, ahí lo vi, kacchan se encontraba parado frente a nosotros y en un instante la sala se llenó de un aroma insoportable. Como si estuviesen quemando algo podrido y el humo te diera directo en el rostro, no se odia digerir.

Mi cuerpo tembló, todo en mi tembló de miedo, no lo había escuchado llegar.

- ¿Ni a la cama llegan, eh? Que promiscuos – soltó.

"EL TIEMPO REGRESA" [DEKUKATSU OMEGAVERSE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora