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Era llevada en un auto lujoso. Iría a conocer un trabajo nuevo y al parecer sería con alguien importante.

Apenas tenía 12 años pero era la más grande de mi numerosa familia y nuestro padre no podía trabajar en estos momentos.

Finalmente el auto se detuvo, frente a mi estaba una gran casa. Parecía más una mansión que una gran casa. Era simplemente gigantesca, no sabía que en mi ciudad hubiera casas tan grandes.

El mayordomo me guió atravez de los pasillos hasta llegar a la habitación de un adolescente. Estaba llena de juguetes y mangas por todos lados.

-Señorito Sanji, la he traído.

Sobre un pequeño sofá, estaba acostado un niño rubio con apariencia cansada. Al verme de pie en la entrada junto a su mayordomo se levantó rápidamente.

-Soy ____ Nonomura, encantada de conocerle.- sonreí.

Sin decir palabra dió una vuelta a mi alrededor, cuando se detuvo frente a mi tomó mi barbilla obligándome a levantar mi cabeza.

-Así que ya has llegado, mi nuevo juguete.

Aparté su mano de un manotazo sin pensarlo dos veces, me sentí ofendida cuando dijo eso.

-¡Yo no soy un juguete! He venido aquí a trabajar y...

El mayordomo tiró de mi oreja, aunque fue suavemente no pude evitar quejarme.

-¡Lo siento mucho señorito Sanji! ¡La echaré de inmediato!

-¡No por favor! ¡Lo siento mucho! ¡En serio lo siento pero por favor déjeme quedarme!

El chico estaba mirándome seriamente mientras yo suplicaba por el trabajo. Me hacía falta trabajar ya que mi casa estaba pasando por un momento difícil.

-Un momento.- detuvo a su mayordomo de echarme afuera.- Ella es interesante.

El hombre sin ninguna piedad me dejó caer al suelo.

-Déjala trabajar aquí, con esa edad le será difícil encontrar trabajo.

Feliz me levanté del suelo, por fin podría ayudar en casa.

-Tu eres mi juguete. ¿Es o no cierto?

No podía negarme ahora, me estaban ofreciendo la oportunidad de mi vida. Soy la hermana mayor y tenía que hacer todo lo posible.

-Si.- respondí resignada.

Y así me convertí en el juguete de Sanji Kuroashi, el único hijo de la rica familia Kuroashi. Eso no ha cambiado, incluso después de cuatro años.

-¿Que te ha llevado tanto tiempo ____? ¿Lo compraste?

-Si.- bajé la cabeza avergonzada.

Luego de la escuela Sanji me obligó a ir a una tienda para que comprara unas cosas. Pero no era cualquier tienda.

-Debió haber sido vergonzoso llevar el uniforme escolar en ese tipo de tienda.

Y tenía razón, fue muy vergonzoso.

-Eres muy malo.- me quejé.- Siempre volvemos juntos de la escuela. Es solo cuando me pides este tipo de cosas que yo...

-Lo siento, la próxima vez iré contigo.

-¡No me refiero a eso!

-Ya, ya. Vamos a mi habitación.

La unica diferencia es como el juego es jugado. Ya no es como antes.

En menos de nada ya estamos encerrados en su habitación. Como siempre hace se acuesta en la cama para observarme mientras yo solo me quedo de pie frente a él.

-Desnúdate.

Mi rostro se vuelve rojo violentamente. Aunque no era la primera vez seguía siendo bastante penosa mi situación.

-¿Que te he dicho sobre estar avergonzada?

Tragué saliva nerviosa, dejé la pequeña bolsa que llevaba en la mano sobre una mesilla. Sonreí un poco.

-Aún tengo cosas que hacer asi que... dejaré esto por aquí.

-¡Eso no me importa! ¡Desnúdate! ¿O quieres que tu uniforme sea rasgado de nuevo?

Derrotada suspiré, hacía unos días había arrancado mi uniforme porque yo no quería quitarme la ropa y tuve que comprarme uno nuevo. No quería que volviera a pasar ya que perdería dinero de mi salario.

Dejé caer al suelo la chaqueta del uniforme y justo cuando estaba por quitar el primer botón de la blusa se levantó de la cama. Se había impacientado por mi lentitud.

-Déjalo, yo te voy a desnudar.

A Toy [Sanji X Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora