Capítulo 5: "Laia"

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Dentro de la mente de Héctor.

Mi vida nunca fue fácil. Al ser un chico que es considerado raro, lo cotidiano se vuelve complicado y nadie puede cambiar eso, porque esto es quien soy. Hubo una época en qué intenté cambiar, hablar de los temas que todo el mundo hablaba, no hacer chistes o comentarios raro y no compartir mis ideas "extrañas". Si, lo intenté por un largo tiempo, pero cuando fingimos nos estamos traicionando a nosotros mismos y decidí dejar de hacerlo.
Fue una decisión difícil estando en la escuela, los amigos eran escasos y eso es si se pueden llamar amigos. Yo los llamaría acompañantes, ese grupo de personas a las que te unes para no verte tan solo en las horas libres y en los momentos del almuerzo.

Lo admito, en ese entonces no era feliz, los días pasaban como en automático. Todo cambió un día, uno como cualquier otro. Estaba teniendo una conversación sobre conspiraciones históricas, por lo cual algunos me llamaban loco y raro. Cuando estaba discutiendo con la otra persona porque quería escucharme, alguien más se metió en la conversación apoyando mi punto de vista. Incluso, comenzó a hablar bastante sobre el tema y yo quedé sorprendido. Era Laila, sabía quien era pues sus amistades estaban siempre cerca de donde yo me pasaba pero hasta ese momento, yo la veía a ella en un mundo totalmente distinto al mío. Ella si tenía amistades verdaderas, no la tildaban de loca y ese día me di cuenta que también era interesante.

En ese entonces no sabía que esa simple conversación sería la que cambiaría todo, la que sembró la semilla de la curiosidad de mi por Laila. Una que creció rápidamente, había encontrado alguien con quién hablar de cosas raras y no sentía que ella me juzgara; aunque sus amigas si lo hacían.

Al pasar las semanas y conociendo mejor a Laila, me di cuenta que sin querer me había enamorado. No sé si es correcto decir que estaba enamorado porque era muy joven, pero definitivamente me gustaba mucho. En ese entonces no era lo suficientemente caliente para decírselo directamente, así que hice lo que cualquier adolescente cobarde haría; me acerqué más a ella. Hablábamos más, dentro y fuera de escuela y yo estaba tan felíz. Hasta que me rompió el corazón. No sé si lo hizo a propósito o no se dio cuenta del daño que me hizo esa noche en la fiesta de despedida, pero me dolió.

Me dolió como me engañó, pero me dolió más por ella porque sabía que no pensó lo que dijo. Laila era del tipo de chica que le gustaba pensar bien las cosas antes de hacerlas o decirlas y esa noche, no pensó. Lamentablemente no podemos cambiar el pasado y luego de esa noche no volví a tener contacto con ella. Estaba dolido, porque ella me gustaba tanto que no fue completamente su culpa. ¿Cómo se suponía que iba a tener una oportunidad con ella si nunca fui sincero y le dije lo que sentía?
Ella no puede leer mentes, así que, una parte fue mi culpa y lo entiendo. Ahora de adulto, entiendo todo mejor pero mi vida sigue siendo un desastre.

Cuando me recupere de ese dolor, me jure a mi mismo que no me callaría mis sentimientos, que seria más atrevido y valiente para no cometer los mismos errores. Ese juramento nunca antes había Sido tan importante, porque luego de dos años de haber terminado la escuela, decidí a atreverme. Quizás sea una locura o un arrebato de adrenalina, no lo sé.

Busque mi viejo celular rogando que aún funcione, entre los contactos ví su nombre y número, lo guarde en mi actual celular y mandé un mensaje. Es una locura lo sé, actualmente mucha gente cambia constantemente su número de celular pero ruego que Laila no lo halla cambiado. Comencé a pensar en eso ya que quizás no lo sabría hasta el otro día porque era de madrugada, pero ahí estaba, el sonido de mi celular al recibir un mensaje.
Me había respondido, pero aún no sabía si era ella.

Vi que tenía una foto de perfil y antes de contestar a su mensaje acerqué la foto, cruzando los dedos para que fuera el número correcto y lo era. Era Laila, no saben cuánto agradecí que no cambiará su número pero ella no sabía quien era yo, así que decidí jugar un poco. La diversión no duró mucho porque Laila terminó la conversación pero aproveche y dije un par de mensaje ocultos. Ella es inteligente y espero que los note, aunque siendo sincero no se que estoy haciendo.

¿Que se supone que lograré con esto? Si cuando era más joven no logré nada, ¿Será que ahora sea mi momento? Creo que ya perdí bastante en el pasado, no creo que me quedé nada más que perder en el presente, además he madurado. De más está decir que mi vida de adulto es un desastre sin rumbo, pero no tengo mucho que perder.

No estoy seguro si me gusta lo que estudio, quiero comprar mis propias cosas, no quiero depender de nadie. Mi vida amorosa no a cambiado mucho desde que estaba en la escuela, aún sigo siendo "raro" e "insoportable" pero algunas chicas tratan de salir conmigo por como me veo y cuando me conocen de verdad, desaparecen. Al parecer son pocas las personas a las que conocemos en nuestras que están dispuestas a querernos y aceptarnos como somos realmente, sin finguir y ocultarnos.

Yo tenía una de esas personas y no logré hacer que se quedara en mi vida, quizás sea esta una oportunidad para lograr hacerlo. Lo voy a intentar porque hay algo dentro de mi, que me dice que lo intente, que recuerde lo bien y feliz que me sentía cuando estaba junto a ella. Cuando realmente sentí felicidad y cómodo con mi propio ser. Esos tiempos cuando Laila estaba en mi vida, aunque fue tan solo una amiga y mi amor platónico.

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