La peculiar ventana se cerró, dejando atrás un Astvinvil inundado en sangre y algunos cuerpos eran débilmente arrastrado por la corriente.
Algunas gotas se escaparon mancado de Carmesí el mugriento suelo.
Estábamos en un pequeño sótano, habían algunos sonidos de goteo pero entre ellos, resaltaba los sollozos de las mujeres que estaban presente.
Habían sólo tres familias con hijos, los inspeccioné mas allá de los trapos que cubrían todas sus pieles, sólo dejando la cara descubierta.
No encontré moretones de golpes, al parecer no han sufrido violencia física, no presentan hematomas pero sí una baja masa corporal. Están desnutridos.
Y dicen que no aproveché el semestre.
Entre Raguel y Miguel ayudaron a las mujeres y sus hijos, que claramente estaban débiles y dos niños tenían quemaduras lo que provocaba su llanto.
Pensé que sería un buen gesto ayudar también, además de que sería incómodo que todo el mundo se ocupara en algo y yo quedar ahí como una estatua.
Pero ¿Cómo lo hago? ¿Ayudar? Supongo con acercarme a preguntar será suficiente y si necesitan algo me lo dirán.
Nos condujeron por unas pequeñas escaleras en espiral que ascendían, el hechicero acomodó su barba alrededor de su cuello y tomó un bolso de cuero que tenía en el suelo.
Yo todavía recordaba la imagen tan real de un portal, una maldita ventana a cualquier otro lugar, ¿Puedo aprender a hacer eso? Con un poder así iría de vacaciones.
Al subir, nos enteramos que ésto era una pequeña iglesia, era de noche y eso le confundió, por un segundo pensé que seguí allá adentro.
Las personas se fueron dispersado a las diferentes filas de bancas largas, como Miguel les había ordenado. De madera y cuadras eran pero cómodas no son.
No tomé asiento con los demás, permanecí de pie con Raguel en la puerta lateral izquierda, la verdad quería preguntarle cómo estaba y qué pensaba, pero el miedo le ganó a mis intenciones.
Miguel, con ayuda de dos chicos, comenzó a retirarse las placas negras de la armadura que tenía. Cuando las arrojaron al suelo no hicieron el ruido metálico que esperaba y Miguel sin ellas, quedó en el suéter lycra azul que se empleaba en entrenamientos.
Los chicos eran los únicos dos alumnos con los que hablaba: Una chica rubia de baja estatura pero muy tonificado y, un chico de iguales cabello pero muy alto.
-Quiero empezar disculpándome, por mis compañeros arcángeles, por el reino de los cielos, por mí, porque pienso que... -Guardó silencio, suficiente para escuchar a las personas susurrar comentarios. -Pienso que hemos dejado que ésto avanzara demasiado, pero, todo su sufrimiento será recompensado, podemos ofrecerles alojamiento y, si lo desean, llevar su almas a las praderas.
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Ángel Oscuro| Hijos Del Cielo I
Fantasi"... Atada ella, entre sus piernas, había un trozo de pastel y un cuchillo ensangrentado, el resto del pastel estaba en la cama junto a unas fotos de su sufrimiento..." Naces en cuna de oro, creces con todo desarrollando trastornos y cuando llegas...