jail ; omegaverse

capitulo once: el final

But it's good to see you here again
I don't wanna say goodbye
But it's about half past ten
And I have to catch my ride

♡

—¡No te muevas!—gritó Elizabeth hacia Stevenson, quién mantenía sus manos levantadas. Mantenía una respiración errática—. ¡No hagas ni un maldito movimiento o te vuelo la cabeza!

Por un momento pareció que el alfa había cedido a la orden de la omega, pero claro que no.

Fue un rugido. Fuerte, grave, los tomó a ambos sorprendidos haciéndolos encorvarse un poco. Fue un gran error de parte de ese alfa, porque a esos dos omegas ya no le afectaba eso.

Si Louis hubiese estado de pie y entero habría comenzado a reír y seguramente habría hecho alguno que otro comentario sarcástico, pero en ese momento no pudo y agradeció que Elizabeth llenará el mutismo con una estruendosa carcajada mientras el alfa miraba la escena desconcertado. La mujer golpeó sus piernas con la pistola exageradamente.

—¡Ahora te voy a matar, hijo de puta!—exclamó ella, con diversión en su voz. Alzó la pistola dejando de reír abruptamente y quitó el seguro.

Stevenson levantó las manos.

—No lo hagas, Grant—comenzó él con una voz completamente calmada—. Estamos en el mismo equipo, estamos aquí por lo mismo y Gabrielle te matará si se entera que mataste a su hijo.

Entonces Louis pudo entenderlo.

Pudo atar cabos, pudo entender el porque ese alfa tenia tantas apariciones, porque fue así desde un principio. Por que había tenido ese presentimiento desde que lo vio.
Pero ni siquiera tuvo tiempo para ponerse pensar sobre eso, porque varios gritos lo sacaron de su entendimiento.

—¿Sabes lo que me parece más gracioso?—cuestionó con gracia la omega. Stevenson no contesto ni ella quería que lo hiciera—. Que creas que con la estúpida de Beatriz eres intocable y busques refugio en ella cuando a tu madre le da exactamente lo mismo y solo te tiene para que le cuides la espalda. Resulta que los dos son imbéciles, y con razón, de tal palo tal astilla.

El alfa no respondió.

—Nunca quise entrar en esta mierda—soltó Elizabeth luego de unos segundos—. Nunca quise ser una puta, nunca quise que una manada de sucios alfas hicieran fila para acostarse conmigo, nunca lo quise, ustedes me obligaron y voy a disfrutar tanto acabar con ustedes. Tengo la oportunidad y no la voy a desperdiciar.

—Elizabeth—habló rápidamente el alfa—. No lo hagas, no cometas un error. Apenas Beatriz sepa que mataste a su hijo hará lo mismo con el tuyo.

Louis al escuchar eso le recorrió un escalofrío. Mierda. Elizabeth era madre, bueno, no era algo que le tuviera que importar, pero vamos, era madre. El niño tiene que tener a su madre. Tiene que saber lo que es el amor de una madre, tenía que crecer con eso que era tan puro y sincero.

Se reincorporo un poco, viendo cómo la espalda de el alfa subía y bajaba por la acelerada respiración. Planto sus dos manos en la superficie plana y se arrastró un poco para poder sentarse en el suelo. Miró con atención la pistola en la parte de atrás del cinturón de Stevenson.

Tenía que tomarla.

Pero antes de que pudiera ser algún otro movimiento sintió un fuerte tirón en la parte baja de su abdomen y chilló, fuerte. Elizabeth se distrajo mirándolo. Fue solo un momento, unos segundos.

Pero paso.

Stevenson sacó su pistola del cinturón, sacando rápidamente el seguro.

Fueron dos disparos.