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La cabeza de Nayeon dolía como mil infiernos, su boca estaba seca y sentía su cuerpo pesado, a duras penas pudo salir de su comoda provisional cama. Camino casi arrastrando sus pies hasta la cocina, donde tomo un gran vaso de agua, refrescando su garganta. Miro a su alrededor y vio a Jennie mirandola desde la mesa, con una clara muestra de desagrado y enojo.

— ¡Im Nayeon! ¿Sabes a las horas que llegaste anoche y con quién? —

La castaña sintio la voz de su mejor amiga más irritante de lo normal, si no fuese por el gran cariño que le tiene, le hubiera matado para que se callase. Pero aun así, a su mente vinieron algunas preguntas. ¿Llego con alguien? No recordaba nada, lo poco que recordaba eran sus delirantes pensamientos cuando estaba borracha. Se sento junto a la azabache, poniendo su cabeza sobre el hombro de esta. Cerrando sus ojos para descansar un poco.

— Nayeon, me estas escuchando? Que carajos hiciste anoche? — La mencionada gruño y solto un sonoro grito, ya enojada por el sermón de su amiga.

— ¿Por que me preguntas tanto eso? ¡Ni siquiera se de que hablas! — Jennie rodo los ojos, no podía ser que ella hubiese olvidado a tan guapo hombre.

— Tras de que llegaste inconsciente y toda sucia, un chico tuvo que hacerse cargo de ti. — Nayeon abrió sus ojos como platos y se atraganto con su propia saliva, de pronto, los recuerdos llegaron a su cabeza. Cuando se presento al hombre y cuando lo beso, su cara enrojecio y sintió el vomito presenciarse, corrio hasta el baño y dejo salir todo residuo de su estómago.

Jennie camino hasta el baño, notando como su amiga vomitaba hasta los órganos. Definitivamente había ingerido grandes cantidades de alcohol. Se quedó recostada contra el marco de la puerta, esperando que terminase.

— Dios mío, que mierda hice. — La castaña se levanto, jalando de la cadena y caminando hacia la sala. Era una idiota, en toda la extensión de la palabra. Paso sus manos por su cara, reflexionando sobre sus actos.

— ¿Que recordaste como para que vomitaras de tal manera? — Su amiga se sento a su lado, riéndose levemente por la desesperación de su amiga.

— Jenn, le bese. — Dejo salir un suspiro, pataleo y se recosto sobre el sillón. Debió de haberse visto como una atrevida.

— ¿Enserio? Wah.. Cualquier chico te hubiese llevado a su casa y se hubiera aprovechado. Creo que besaste a un príncipe azul y muy caballeroso, por cierto. —

La mente de nayeon seguía llena de recuerdos, insultos a si misma e ideas de como salir del país. ¿Que pasaría si fuese un hombre de gran poder y le denunciara? No noto cuando Jennie se despidió y salió del apartamento. Camino hasta el baño y se dio una ducha, cada vez que cerraba los ojos podía recordar aquel tacto de labios con aquel hombre. Se vistio y salió del apartamento, dispuesta a encontrar un trabajo.

JUNGKOOK

El azabache se encontraba en su carro, en dirección a la empresa donde laboraba. Estaba tan perdido en sus pensamientos, que lo único que podía pensar era en aquella mujer castaña de la noche anterior, sus mejillas rojas por el alcohol y sus labios rojos. Se sentía tonto al pensar tanto, al fin y al cabo solo fue un simple beso. En menos de lo que penso, su chófer le indico que habían llegado. Se bajo del coche y entro a la empresa, siendo saludado por los guardias y las secretarías. Con una sonrisa sin dientes, les devolvió el gesto. En cuanto llego a su despacho, se dejó caer en la silla. Entro a la sala su mejor amigo y mano derecha Taehyung, dejandole algunos papeles sobre su escritorio.

— Jeon, me enteré de que echaste a Yugyeom ¿por qué? ¿Sabes cuanto me costo hallar a ese chico? De verdad no te entiendo. — El rubio gruño, sentandose sobre el sofa de la oficina.

— No cuidaba de mi gata, nunca limpiaba la casa, nunca sacaba la basura y tampoco el reciclaje. No puedo vivir con alguien así. — Dijo fijando sus ojos en los papeles que le había entregado el rubio, empezando a leerlos.

— Bien, como quieras. Trataré de buscar a alguien más, vere si Jin sabe de alguien. — Salio de la oficina, definitivamente su amigo era muy exigente cuando se trataba de los inquilinos, se quedaba sin opciones.

En cuanto a Jungkook, siguió su jornada laboral, atendiendo llamadas, firmando papeleos, organizando conferencias y muchas cosas más. En cuanto dio la hora del almuerzo, salió del edificio, caminando hacia su restaurante favorito de comida casera. Iba tan concentrado en su teléfono que cuando miro hacia la carretera, al otro lado de esta, se encontraba la castaña de la noche anterior. Sus sentidos se alertaron y sintió su corazón latir rápidamente. Miraba con los ojos completamente abiertos a la chica, al igual que ella también lo hacía. Su cara se sintió caliente y trato de ignorarla, poniendo su mejor cara de poker. Pasando a su lado como si nada hubiese pasado.

NAYEON

Miro al hombre pasando a su lado, se sintió ofendida, fue ella quien le había dado el mejor beso de su vida, o eso quería creer ella. Frunció el ceño y siguió su camino, mirando los distintos establecimientos. Hasta dar con una cafetería. La cual solicitaba una mesera, no era mala idea. Entro y se encontró con un joven en la barra. Se acerco a él y hablo.

— Eh, hola.. Vi el anuncio de afuera ¿aún necesitan una mesera? — el chico le sonrio y asintio, caminando hacia la parte de atrás del lugar. Volviendo con una mujer mayor, tal vez de unos 45.

— Hola, quieres el puesto no es así? Me llamo Sun Hee y el es mi hijo Hyunjin. — el chico le dedico una sonrisa, volviendo a atender a los clientes, definitivamente era el chico más lindo que había visto.

— Encantada de conocerla, me llamo Nayeon. — Tomo de su bolso su respectiva hoja de vida, dejando que la mujer la tomase. Vio como esta empezaba a leerla. La mujer asintio y le invito a que se sentasen.

— Tienes un gran historial de estudio y puedo ver que fuiste escritora, por que terminaste pidiendo trabajo aquí si no tienes experiencia en este campo? — Nayeon trago duramente y miro a la señora.

— Justo ahora, no es mi mejor momento y quise dejar de lado la escritura, quiero un trabajo tranquilo. — Mintió descaradamente, había decidió dejar por completo la escritura. Tal vez lo que siempre dijeron sus padres era verdad, nunca debió dedicarse a ello. La señora asintio y le dedico una sonrisa.

— Bien, linda. Puedes empezar a trabajar mañana. Después de las diez. — Nayeon mordió su labio y asintió, agradeciéndole y saliendo del lugar. No era el mejor trabajo, pero algo era algo.

Sintió su teléfono vibrar en su pantalón, lo saco y leyó el contacto "Jin" en la pantalla, contesto y hablo con el un rato, avisándole que había alguien alquilando una habitación y a  muy bajo precio.

— ¿Enserio? Justo encontré trabajo y estaba pensando en buscar un lugar para ya no incomodar a Jenn. — El día iba mejor de lo que esperaba.

— No recuerdo el nombre, pero oí a mi amigo decir que tiene por apellido Jeon, dijo que era una chica, algo así. — Siguieron hablando un rato hasta despedirse.

Sin duda, en la vida de Nayeon empezaba a verse el arcoíris. Quizás aquel beso fue de la suerte.

Lo que no sabía es que, tal vez Jin escucho mal las palabras de Taehyung por estar concentrado en su manicure..




¿Trato? ¡Trato! (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora