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En la cabeza de Nayeon retumbaban las palabras del hombre "puedes quedarte" se encontraba recostada en la cama. Mientras pensaba en que cosa había hecho en vidas pasadas como para tener tanta suerte. Decidió cerrar sus ojos y dormir.

[...]

Se levanto de la cama casi arrastrandose por el suelo, llego hasta la cocina y pudo ver al hombre preparando la comida que quizás era para la gatita. Se acercó a él y le dedico una reverencia. El por su lado le correspondió igualmente. Ella empezó a preparar su desayuno, en cuanto estuvo listo se sento a desayunar. Mirando hacia el chico que se encontraba mirando como la gata comia.

—Eh, por cierto... ¿Cómo se llama la gatita? — preguntó nayeon, volviendo a tomar una cucharada de su desayuno. El hombre la miro con una expresión seria, definitivamente le helaba ello, bajo su mirada mirando a su plato.

— No tiene nombre. — contesto sin más, para seguir mirando a la gata y acariciarla mientras esta comia. Nayeon hizo una mueca, en una clara muestra de confusión. Podría ser un poco más amable. Se levanto del comedor y empezo a lavar lo que había utilizado. Yendo hacia el baño para darse una ducha, en cuanto estuvo lista salio en dirección a la sala para tomar su bolso y sus zapatos.

— ¿Vas a trabajar? — escucho al hombre, levanto su mirada para observarlo.

— Sí, vuelvo a eso de las 6 u 7 —

El chico asintió y se dio la vuelta en dirección a su habitación, para luego encerrarse en ella. La castaña rodó los ojos, aquel hombre era muy extraño. Sin prestarle más atención a la situación, salió de casa en dirección a la cafetería donde trabajaba. En cuanto llego vio Hyunjin sacando la basura, este le dedico una sonrisa. La castaña entro y se puso el uniforme, para luego darle vuelta al cartel de cerrado. En señal de que ya estaba abierto. Se paro en el mostrador para luego ver a Hyunjin entrando.

— Oye Nayeon.. ¿Puedes darme tu número? — sonrio apenada ante las palabras de la chica, saco su teléfono y escaneo el código de la aplicación de hyunjin. Estuvieron un buen rato hablando, hasta que empezó a llegar la gente a la cafetería.

La jornada había terminado para cuando menos penso, ya eran las 7:30 y era hora de cerrar. Más que todo, por que el tiempo se les había ido de las manos  cerraron el local y los dos salieron del lugar, empezando a caminar. Estaba bastante nerviosa con la presencia del chico, sentía como si la opacaba. Debido a las tantas miradas que la gente que pasaba mantenía sobre el chico. En cuanto estaban a unos 10 metros de la parada de autobus, mantenía una sonrisa en la cara con las tantas cosas que le platicaba el chico.

— Por cierto ¿tienes pareja? — las mejillas de la castaña se enrojecieron, nego suavemente. Volviendo a mirar hacia el frente.

— ¿Y tú? — preguntó nayeon, mirando al más alto. Este le dedico una sonrisa y suspiro fuertemente.

— No, pero tu eres mi tipo ideal. — el chico se detuvo, al igual que ella. Mantenía la mirada gacha, con el corazón latiendo, casi como si quisiese salirse de su lugar. En cuanto subio la mirada, se encontró con los penetrantes ojos de su compañero de casa. Sintió palidecer ¿Que hacía justo ahí? El hombre mantenía el ceño fruncido, al parecer inspeccionando a Nayeon y a Hyunjin. La castaña se acerco al azabache, mirandolo con una clara muestra curiosa.

— ¿Qué haces aquí? — el hombre le miró, aún con esa penetrante mirada. Lo cual le hizo temblar el cuerpo a la castaña.

— Se suponía que llegarías a las 6, son casi las 8. — Hyunjin se mantenía al lado de la castaña, mirando incrédulo al mayor.

— Veo que vinieron por ti, así que me voy. Nos vemos mañana Nayeon. — le dedico una sonrisa a la castaña y apreto la mejilla de esta juguetona mente. Sintió su corazón latir fuertemente, definitivamente el chico era demasiado lindo para su integridad mental y física. El silencio era incómodo y pudo ver como Jungkook y Hyunjin se miraban fijamente, casi como si chispas lanzasen.

¿Trato? ¡Trato! (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora