Capítulo 1- ¿Fortuna o desdicha?

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Aleksander 

Rusia, castillo del pájaro, 400 años atrás

La noche helada de aquel día me penetraba los poros ofreciéndome una invitación al nerviosismo, y el viento que fluía como una ola de mar recorría toda la habitación como un perjurio de lo más exquisito , por alguna razón mi cuerpo se sentía con la adrenalina a tope , mis manos no paraban se sudar y mi mente volaba a los confines de una tierra que siempre añore, pero que no podía presumir de conocerla, la tierra de mi madre, la familia que en un momento le dio la espalda por mi.

-¿De verdad tengo que ir madre? Tiene años que no visitas tu familia y yo no los conozco, ¿Cómo crees que me reciban cuando le diga que soy tu hijo? ¿Crees que me crean? ¿Estarán felices?- mi voz sonaba como un gato asustadizo que no sabía lo que le deparaba, mi cabeza empezó a repasar cada una de las instrucciones que mis mentores me habían recomendado.

-Deja de ser tan inseguro Aleksi- mencionó mi madre abrochando el último de los botones de mi suéter de seda, sus dedos finos rasgaban la tela y sus labios carmesí temblaban como si se debatiera en que decir, la noche caía desde el balcón de su habitación, la luz de los candelabros comenzaba a destellar más de lo normal y sus rasgos afilados resaltaban junto con su vestido elegante con unas cuantas joyas platinadas que parecían zafiros incrustados en su pálida piel ,subió su barbilla y me dedicó una linda sonrisa

-Me daría miedo dejarte solo algún día, te he malcriado mucho y ahora eres un niño inseguro, no haces otra cosa más que cuestionarte y dudar de tu instinto, sabes que un rey no puede ser así, de lo contrario no podrás sobrevivir en un castillo, sabes como es la política y la ley, si algún día vas a ser el regente no debes mostrar tus miedos, de lo contrario la corona te aplastara, lamentablemente tienes un corazón muy noble que te terminará devorando cuando menos te lo esperes.

-¿Es qué acaso no confías en mí, madre? .....Te aseguro que eso no pasará, mientras te tenga a ti jamás tendré miedo, puede que me comporte como una cría pero eso es solo contigo,no te preocupes por lo demás, soy una persona muy preparada, todos me lo dicen- aseguré mientras mi corazón luchaba frenético contra la lagrima que mi madre acababa de derramar, sabía que muchos pensamientos merodeaban por su mente esta noche.

El recordar su hogar la perturbaba, ella no era muy bien vista en su manada, su familia la había rechazado muchas veces por casarse con mi padre, mientras los políticos la felicitaban por su elección al expandir su territorio y unificar China con Rusia, su madre no la reconocía por no haber escogido a un hombre de su raza, su padre solo tenía contacto con ella de manera diplomática y su hermana, la única con la que seguía teniendo un lazo afectivo vivía a miles de kilómetros de distancia, sabía que mi madre era una mujer muy valiente que amaba alocadamente a mi padre más que a nada en el mundo y me amaba a mi.

-Espero de todo corazón que algún día puedas encontrar a una persona que te amé con la misma intensidad con la que tu la ames a ella, el amor es algo reciproco hijo mío, no ames a alguien que no te ame, encuentra a tu mate, la vida es muy fuerte e injusta pero todo se vuelve más ligero cuando encuentras a alguien a quien amar, completó mi madre en un suave susurro , mientras sujetaba mis manos con devoción.

Sonreí melancólicamente y sujete su mentón obligándola a posar sus estrellados ojos en mí- No te preocupes que yo ya tengo a una persona a la cual amar...- susurre tranquilamente mientras depositaba un beso en su mano y le regalaba la sonrisa más sincera que pude, pero ella solo desvió la mirada y me soltó frenéticamente.

-¿En serio? Y ¿Quién es? No me digas que es la chiquilla de la cocina que siempre te anda regalando dulces, ¿verdad? no me malentiendas pero no es para ti, preferiría a una chica más honesta.....

Blood HeartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora