Blood Hearts

Capítulo 8 - Impiedad.

"Pobres de los corazones que se encuentran en el momento equivocado, pero aún mas pobres de los que se encuentran en el momento correcto y aún así se sueltan, porque habrá felicidad y paz en aquellos que dieron hasta su último respiro por el otro, pero aquellos que se rindieron, ellos solo tendrán arrepentimiento en sus corazones"

Aleksander

-¡¿Dónde están?!- mi sangre fluía en descontrol sin poderme dar un minuto para analizar mejor las cosas, me sentía extraviado como si me estuviera hundiendo en un mar y la única forma de respirar era encontrándola.

-Aleks cálmate por favor, primero debes tranquilizarte- William intentaba pararme en los pasillos  pero lo alejaba con facilidad, no podía controlar mi fuerza con normalidad, estaba desenfrenado y no sabía que haría con el que se cruzara en mi camino.

-¡He dicho dónde está! vamos Will habla- mis manos lo tomaron del cuello en un impulso por acelerar mi agonía.

-En el sótano, los doctores están tratando a los enfermos ahí- lo solté de un golpe y el piso crujió por la fuerza.

Podía oler su adictivo aroma cada vez mas cerca, las personas se me quedaban mirando por perder mi postura de control, parecía un chiquillo corriendo por un caramelo, en el peor de los casos lo era pero por uno mucho mejor, bajé por los dos pisos que faltaban como alma que me llevaba al diablo.

Por qué sería el cristemo de todas las plantas su aroma, odiaba a los cristemos por muchas razones, por qué ella olía a esa única flor, me detuve justo enfrente de la puerta que conducía al sótano, fue ese minuto de control que estaba esperando, podía dejarla ir, podía no conocerla y olvidar esto, porque si la veía probablemente no habría marcha atrás, ¿acaso necesitaba a alguien más en mi vida?

"Amar te hace débil Aleksander" "No ames, no seas débil" tal vez lo mejor era partir, mientras mas solo estaba menos personas podían traicionarme, si la dejaba entrar sería lo mismo que darle un cuchillo a alguien para asesinarme, si era mi mate podía acabar conmigo como ninguna persona lo haría, no podía correr ese riesgo, solté el pomo de la puerta y di un paso atrás.

-¿Por qué no vas a verla? te veías muy motivado hace solo apenas unos segundos, me golpeaste para que te digiera donde estaba ¿Qué sucede Aleksander? - Will se encontraba en mis espaldas aguardando por mi.

Tengo miedo . . .

-Tal vez debería irme y dejarla marchar, probablemente quiera matarme si descubre quien soy, no le daré ese privilegio a cualquiera, además no puedo compartir el reino con una persona que no conozco , debería irme y concentrarme en otras cosas que de verdad importan.- mi voz sonaba muy tranquila como si volviera a la realidad donde nada me perturbaba.

-¿Qué locuras estás diciendo Aleks? es tu mate, por fin acabo la dolorosa espera para que encuentres a alguien en quien puedas confiar y amar, ella estaba destinada para ti tanto como tú para ella, no te alejes por miedo.

-¿Quién dijo que era miedo? - el sonrió como si fuera muy evidente y eso me enfureció, de seguro me veía muy patético.

-No perderé el tiempo en estas cosas, debo enfocarme en asuntos que requieren más mi atención.- comencé a caminar por las escaleras pero su mano me detuvo, me miró a los ojos con suplica.

-No te hagas mas daño Aleksander, nadie merece pasar por sus penas solo, ni siquiera tú  . . . por lo menos mírala, no pierdes nada con eso, si no te convences después de verla entonces no tocaré el tema de nuevo ¿de acuerdo?

No dije una palabra mas y asentí, el me sonrío con tranquilidad y abrió la puerta para pasar primero, un fuerte aroma a cristemo me golpeo los pulmones desestabilizando mi respiración, la mayoría de los soldados tenían heridas menores, los doctores se encontraban cerrando sus heridas con algunas cosas, mis ojos recorrieron cada parte de la habitación con desesperación y entonces la vi.