Me enamore de ti... Jikook/KookMin

Capitulo 37

— Vamos chicos, póngase su ropa, desayunen tranquilamente mientras yo me llevo a Jinnie y a la pequeña a otro lado

— Hyung...

— Tranquilos que no diré absolutamente nada, esto no pasó, yo no vi nada

Cuando Nam-hyung salió de la cocina ambos soltamos un sonoro suspiro, pero seguíamos sin despegarnos el uno del otro. Tal vez fue un minuto o segundos cuando se escuchó como la puerta principal era abierta y volvía a cerrarse, estaba a punto de decirle algo a Jimin. Pero él no me lo permitió al besar mis labios con pasión, sus manos nuevamente comenzaron a bajar hasta que...

— No Jimin, tenemos que parar

— Sé que tú también lo deseas

— Tranquiliza tus hormonas

— Vamos JungKook, nuestros hyung ya están fuera, debemos de aprovechar este momento

— No Jimin, además hace un momento te dije que me dolía mi trasero y mira donde está tu pene ahora

— Tú no te negaste, es más, pediste que te diera mucho más

— ¡Jimin!

— Deja de golpearme, hace un rato fue en el estómago y ahora en mi hombro ¿qué no te cansas?

— No – Jimin suspiro y una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro, yo me acerque un poco juntando nuestros labios en un pequeño beso — Ya bájame y sal de mi trasero

— Y si te digo que no quiero

— Y si te digo que te golpeare si no lo haces

— Últimamente estas muy agresivo

— Tú lo provocas

— Claro que no

— Claro que si

— Que no Jimin

— Que si

— Que no

— Que si

— Que no

— Que si

— Mmgh – no hay mejor manera de ser callado, sus labios contra los míos es una de las mejores cosas en este vida... ¡Ash! Tan solo llevamos un par de días juntos y ya estoy hablando como una completa niña boba enamorada — Jimin... – odio cuando me separo de él, pero si seguimos a este paso jamás terminaremos de estar unidos de esta manera — Bájame ya, tengo hambre y sé que tú también la tienes

— Me puedo mantener vivo solo comiéndote a ti

— Pero que cursi

— Bobo

— Si, si, ahora bájame – deje un pequeño besito en su nariz — Por favor

— Esta bien, te bajo si me das otro beso

— Vale

***

Desde aquel día donde Jimin y yo hicimos el amor, no ha parado de acosarme. A cada momento quiere que le bese y si no lo hago me acorrala contra lo que sea e insiste hasta que yo le bese, hay días en los que solo quiere que lo apapache y no me deja ver a la pequeña. Cuando esta de hormonas alborotadas quiere hacerlo donde sea, ya sea en la cocina, en la habitación, en el baño, en los pasillos, en la sala... ¡Santa Ramona! Es cansado, por eso lo he mantenido en abstinencia, siempre logro salirme con la mía y no hacemos nada aunque a veces mi cuerpo también quiera.